Con un discurso en el que defendió su política de Derechos Humanos frente a las críticas de la oposición y volvió a reclamar premura a la justicia en las causas contra los ex represores, el presidente Néstor Kirchner recordó ayer al asesinado obispo de La Rioja, Enrique Angelelli y reclamo "verdad y justicia" por su muerte.
Previamente, y con motivo de cumplirse el viernes próximo los 30 años de la desaparición de Angelelli en una ruta riojana para callar su prédica por los derechos humanos, Kirchner firmó el decreto que declara esa jornada Día de Duelo Nacional en memoria de los religiosos víctimas del terrorismo de Estado.
Aunque hace dos días se cursó invitación al primado de la Argentina, Jorge Bergoglio, el prelado no pudo asistir "por problemas de agenda", pero la Conferencia Episcopal estuvo presente en la Casa de Gobierno con dos de sus representantes: monseñor Rubén Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús y del jefe de prensa de ese organismo de la Iglesia católica, Jorge Oesterheld.
En declaraciones a los periodistas, Oesterheld se mostró "muy conforme" por la iniciativa de homenajear al prelado desaparecido y calificó "de buenas, normales" las relaciones entre el gobierno nacional y la Iglesia católica.
"Creo que llegamos tarde, pero llegamos" para admitir que la desaparición del obispo de La Rioja fue "un asesinato", afirmó Kirchner al iniciar su discurso, y remarcó que "me hago responsable de lo digo". Esta afirmación fue dirigida a quienes durante años adjudicaron a un accidente automovilístico la muerte del obispo de La Rioja, teoría que recién quedó descartada en 1986 cuando la justicia inició la causa por "homicidio".
En este marco, Kirchner volvió a cargar contra quienes "en vez de buscar la reconciliación amañada por la impunidad, hubieran buscado justicia, hoy estaríamos recordando a Angelelli de otra manera".
Previo a la palabra presidencial, habló en el Salón Blanco Alba Lanzilotto, una abuela de Plaza de Mayo de La Rioja para recordar al obispo asesinado quien, afirmó, "murió igual que Jesús, por ser fiel a sus ideas". "No quiero que me lo conviertan en estampita", pidió, "Angelelli tiene que estar vivo en nuestro recuerdo cada día".
Por su parte, el ex secretario del obispado riojano durante la gestión de Angelelli, Juan Aurelio Ortiz, resaltó parte de la vida y la obra del "pelado" como se lo conocía al asesinado obispo en la provincia.
Participaron del acto que presidió Kirchner, los gobernadores de Buenos Aires, Felipe Solá, de La Rioja, Angel Maza, y de Jujuy, Eduardo Fellner. (DyN)
