Los diputados debatían anoche la modificación a la ley de Administración Financiera que otorga a la Jefatura de Gabinete facultades especiales para modificar las partidas del presupuesto nacional.

El oficialismo daba por descontado el triunfo en la votación, prevista para las primeras horas de la madrugada.

La aprobación dará atribuciones especiales a Alberto Fernández para disponer a su antojo de los fondos públicos, sin control del Congreso, acción que

daña la división de poderes, base de todo sistema republicano. De allí a que los partidos de la oposición recurran a la justicia para denunciar la inconstitucionalidad de la medida.

Entre argumentos para un lado y para el otro que se escucharon en el recinto -y en los que no faltó la polémica actuación de los legisladores de la región- el diputado peronista federal y ex jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, fundó su voto a favor en un argumento de cruda sinceridad: "no es nada más ni nada menos que lo que hicimos siempre y lo que haremos en el futuro".

La sesión que continuaba al cierre de esta edición tuvo un comienzo trabajoso para el oficialismo porque la oposición se negó a colaborar con la formación del quórum, el número mínimo de 129 diputados que se requiere para dar por abierta la sesión.

Por lo tanto, el kirchnerismo debió esperar tres horas para comenzar, desde que empezó a sonar la chicharra que convoca a los diputados al recinto hasta que sentó a 129 legisladores.

Para lograrlo, el oficialismo necesitó la colaboración del bloque Peronista Federal y de los representantes del Partido Nuevo, del intendente cordobés Luis Juez.

Así se dio por abierto el debate. "Plantear que alteramos la Constitución es una cosa de locos", exclamó el titular de la comisión de Presupuesto y Hacienda, el kirchnerista Carlos Snopek para atajarse de antemano a las críticas que preparaba la oposición y aseguró que el objetivo era sólo lograr "flexibilidad presupuestaria".

"La Constitución dice claramente que el presupuesto lo fija el Congreso", le contestó el diputado y presidente de la UCR, Roberto Iglesias.

A lo largo de la sesión, la discusión incluyó diferentes referencias a la forma como en la práctica el Poder Ejecutivo llevó recursos de un lado a otro.

El macrista Esteban Bullrich, por caso, aludió a los fondos desviados para Salta de la partida prevista para el saneamiento de la cuenca Matanza Riachuelo que, según su informe, sólo se usó un tres por ciento. "No entiendo el motivo del desvío, a menos que haya aumentado sorprendentemente el acuífero Guaraní", ironizó Bullrich.

El mismo camino recorrió Adrián Pérez, del ARI, quien recordó los aumentos del fondo manejado por el gremio de Camioneros, a cargo del sindicalista Hugo Moyano, y la "cesión de ATN a la provincia de Buenos Aires en la campaña electoral de 2005".

Como contrapartida, la kirchnerista Patricia Fadel repasó los recursos desviados a las provincias gobernadas por la oposición para atender obras públicas.

"Con la modificación de la ley de Administración Financiera de ninguna manera se da un cheque en blanco, sino que se fijan las atribuciones y las competencias propias de cada uno de los poderes", aseguró Fadel.

La modificación que impulsa el oficialismo busca exceptuar en forma permanente al Poder Ejecutivo de las restricciones que impone el artículo 37 de la ley de Administración Financiera.