BEIRUT (Télam /DPA) .- Hizbollah respondió ayer a los avances terrestres de Israel dentro del Líbano con el lanzamiento de unos 200 misiles, uno de ellos con un alcance de más de setenta kilómetros, en el inicio de la cuarta semana de una guerra que hasta el momento causó la muerte a casi 800 personas. En tanto, unidades especiales israelíes libraron intensos tiroteos con combatientes chiítas en su incursión más profunda en territorio libanés desde el inicio de la ofensiva y capturaron a cinco guerrilleros en el norte del país.
Los ataques de Hizbollah fueron los más duros disparados en un sólo día desde el comienzo de las hostilidades, el pasado 12 de julio, pero según fuentes oficiales israelíes la lluvia de misiles causó la muerte a una sola persona, un hombre que iba camino a un refugio en bicicleta, en cercanías de la ciudad de Nahariya.
La acción de la milicia chiíta fue una respuesta a declaraciones del gobierno israelí que consideró "desactivada" la capacidad militar de la guerrilla tras las incursiones dentro de el Líbano, incluida una en la ciudad de Balbeek, a unos 100 kilómetros al norte de la frontera israelí y considerada como un bastión de Hizbollah, dijeron fuentes militares.
La virulencia de los enfrentamientos aumentó la preocupación de la comunidad internacional, al punto de que distintos países de la Unión Europea y Rusia potenciaron la severidad de sus declaraciones en contra del "uso desproporcionado" de la fuerza por parte de Israel
Las conversaciones sobre una tropa de paz de la ONU para Líbano previstas para hoy en Nueva York volvieron a ser aplazadas hasta la semana próxima.
El embajador estadounidense ante la ONU, John Bolton, admitió que hay "diferencias" sobre cómo alcanzar un permanente cese de las hostilidades. La Liga Arabe exigió al Consejo de Seguridad de la ONU que emita sin demora una resolución sobre un alto el fuego incondicional en Líbano.
El representante ruso, Vitali Churkin, expresó que "crece el descontento porque Estados Unidos está listo para bloquear cualquier decisión que lleve a presiones sobre Israel".
En ese contexto, el ministro de Defensa israelí, Amir Peretz, advirtió que su país no cederá a las presiones internacionales y que la ofensiva militar en el Líbano seguirá hasta acabar con el poder de fuego de Hizbollah. "Nosotros no llevaremos adelante esta operación en base a las presiones estadounidenses o europeas", dijo.
En tanto, en las últimas horas, el ejército israelí reforzó su presencia en el sur de Líbano, adonde ingresó una brigada de reservistas calculada entre 6.000 y 7.000 soldados Un comando israelí tomó por asalto el martes un hospital en la ciudad libanesa de Baalbek, a 10 kilómetros de la frontera siria, deteniendo a cinco hombres, según informó el Ejército en Tel Aviv. Según fuentes libanesas, en la operación murieron 19 personas. Además, siete civiles murieron en un intenso bombardeo israelí sobre la ciudad portuaria de Tiro, en el sur.