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Martes 01 de Agosto de 2006
 
Edicion impresa pag. 8 > Regionales
Murió Juan Yáñez

NEUQUEN (AN)- El sábado a la noche falleció Juan Yáñez, un reconocido dirigente obrero y luchador social de la región.

Yáñez, de 56 años, murió el sábado a la noche en su domicilio, presuntamente a raíz de un paro cardíaco.

Sus restos fueron velados durante el domingo y la jornada de ayer en la sede del sindicato de obreros ceramistas de Neuquén.

Nacido en Chile, debió dejar su país durante la sangrienta dictadura militar encabezada por el general Augusto Pinochet, a fines de la década del '70.

De todos modos nunca abandonó sus ideas, orientadas en defensa de la organización internacionalista de la clase obrera

Yáñez es reconocido en la zona por el papel que jugó como dirigente político y social.

Ese papel lo que lo llevó, entre otros acontecimientos, a participar en la huelga de los trabajadores de la construcción neuquinos de 1984.

Fue protagonista, junto a otros cientos, del gran plan de lucha de los trabajadores de la construcción de la presa Piedra del Aguila, en reclamo de medidas de seguridad en el emprendimiento, que incluyó una histórica caminata hacia la capital neuquina.

En 1995, colaboró con la conformación de la primera organización de trabajadores desempleados de la provincia: la Coordinadora de Desocupados de Neuquén.

En los últimos años, el dirigente político izquierdista estaba siempre presente en las distintas luchas sociales de la región. El Partido Obrero Revolucionario, del que era militante, lamentó ayer "la irreparable pérdida".

 
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sus comentarios
01/08/2006, 23:16:46
nos dejo su opinion
Raúl Bengolea
COMPAÑERO JUAN YÁÑEZ:HASTA LA VICTORIA DEL PROLETARIADO, ¡¡SIEMPRE!! La muerte intempestiva, abrupta y rápida del compañero Juan Yáñez, ocurrida el día de ayer 29 de julio, enluta a la militancia trotskista del CERCI, a sus secciones en Bolivia, Brasil y especialmente a su sección argentina, el Partido Obrero Revolucionario. También lo hace con nuestra organización –simpatizante del CERCI- y desde luego con la vanguardia obrera chilena y argentina, en las cuales nuestro camarada ocupó un lugar en primera fila. Pocas veces un individuo –como Juan- expresa de manera concentrada las cualidades y atributos de su clase y de manera tan completa. Su corta vida -fallece a los 55 años- fue de una intensidad marcada por los procesos revolucionarios que le tocó vivir en Chile hasta 1973, y en la Argentina hasta el día de hoy. Fue un sobreviviente de la Dictadura de Pinochet y de Videla, y luego de la persecución por parte de la patronal y los aparatos represivos en la Provincia de Neuquén, en “democracia”. Juan Yáñez sostuvo en su vida una sola línea política y una sola moral: la del proletariado. Comienza su militancia en un ala izquierdista de la Juventud Socialista de Chile en la ciudad de Valparaíso, puerto del que es originario. Rápidamente su accionar le llevó a la ruptura con la línea frentepopulista y de colaboración de clases de Allende y la Unidad Popular, participando como voluntario en el proceso de sindicalización del proletariado rural y en los propios Cordones Industriales, embrionarios del doble poder emergente en Chile en aquéllos días. El Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, que aplastó con la represión pinochetista el proceso revolucionario, encontró a Juan en el combate y en pleno proceso de lucha política, con tendencias del MIR, MAPU-Garretón, Regional Cordillera del PS y su propia base militante en la JS, en la perspectiva de la formación del que sería el Partido de la Revolución Socialista en Chile. Se trataba de tendencias instintivas de la vanguardia de acercarse al programa proletario que encarna la IV Internacional. En esos días las principales alas trotskistas (casi todas las imaginables estaban presentes en Chile) eran incapaces de romper el aislamiento respecto de las masas, producto subsidiario de la generalizada capitulación a Allende y al castrismo (MIR), como era el caso del PSR de Vitale. El único embrión de partido revolucionario, la Organización Marxista Revolucionaria (OMR), estaba recién dando sus primeros pasos en el Cordón Industrial Pesquero y Servicios, de Talcahuano. Juan no tomó contacto con esta organización y el proceso de estructuración del partido revolucionario fue truncado por el Golpe Militar, como la propia revolución. Luego de caer en prisión y ser torturado, Juan –como miles de obreros en aquellos días- logró huir de las garras del fascismo y llegó a Mendoza. Radicado allí, viviendo en la semiclandestinidad, rompe filas con los refugiados que comienzan a ampararse en los organismos humanitarios y salir rumbo a Europa. Juan, como siempre en su vida, escoge el camino de la resistencia y la lucha y se incorpora a trabajar en la construcción como albañil. Su ingreso a la UOCRA marca un punto de inflexión en su vida, desde ese momento –incorporado no sólo política sino que orgánicamente a la clase obrera, ahora argentina- comenzaría su proceso de formación política, que lo transformaría en uno de los más importantes dirigentes obreros del sur argentino. Fue precisamente en una de las campañas internacionales por su desprocesamiento y cese de pedido de captura, que ya en 1986, desde Chile tuvimos noticias de esta campaña en su favor, lo que para los revolucionarios que luchábamos contra la dictadura de Pinochet, significó un alerta importante: bajo la “democracia” alfonsinista, no se encubría otra cosa más que la misma dictadura del capital. La actividad de Juan alcanza un punto determinante con la gesta de los obreros de Piedra del Águila -en la obra de construcción de la Represa que lleva su nombre- y en la que laboraron miles de obreros durante más de seis años, y en particular de su histórica marcha sobre Neuquén que justo en estos días cumple veinte años. Luego participa del Cutralcazo y fue protagonista de trinchera de todo el convulsivo proceso de lucha de clases que ha sacudido a la Argentina y a la Patagonia en el último cuarto de siglo. Lo mismo se puede decir en su empeño por poner en pie una lista proletaria y antiburocrática al interior de la UOCRA. Pero su militancia, como la de todo revolucionario, no se agotó ahí. Juan batalló incansablemente por la construcción del partido obrero revolucionario, su sección argentina y por la reconstrucción del partido mundial de la revolución socialista, la IV Internacional. Más que cualquier otra caracterización, Juan Yáñez fue ante todo un trotskista y en consecuencia un cuartainternacionalista, ejemplar. Tuvimos la suerte de conocerlo en octubre de 1992, en la ciudad de Mendoza, cuando nuestra corriente en Chile daba sus primeros pasos. Él venía como delegado del naciente Comité de Enlace por la Reconstrucción de la IV Internacional, CERCI, que en ese entonces integraba el POR argentino, junto a el POR boliviano, la TPOR brasileña y Socialismo Revolucionario del Uruguay. En ese primer encuentro –trascendental en todo nuestro devenir político- Juan, junto con debatir apasionadamente las cuestiones candentes de la lucha de clases internacional y en particular de Chile, demostró una claridad completa para analizar y orientar nuestro trabajo, poniendo en evidencia que a pesar de su exilio, había sido capaz de seguir atentamente el proceso político de desmoronamiento de la dictadura de Pinochet y de transición democrática, que comandaba el imperialismo. En ese entonces, Juan Yáñez venía del proceso de ruptura con la burocracia altamirista enquistada en la cúpula del Partido Obrero, y en particular con su ominoso proceso de adaptación a la democracia burguesa y su giro desembozado al electoralismo. Fue atacado y calumniado en la misma medida que sus adversarios eran incapaces de sostener un debate político en términos marxistas y revolucionarios. Sin embargo su moral, se mantuvo sin manchas y su ímpetu revolucionario de mantenía en alto en esos días de la misma forma que lo estuvo hasta el día de ayer. Sobreviviente de dos de las más horrorosas dictaduras que ha conocido el Cono Sur latinoamericano, protagonista de riquísimos procesos revolucionarios, dirigente obrero y militante trotskista, eso era Juan. Podemos proclamar con orgullo que hemos militado junto a Juan Yáñez, el incansable luchador e implacable polemista, el valiente portador de la bandera sin manchas de la IV Internacional. No estaremos físicamente en Neuquén en sus exequias. Nos lo impiden las limitaciones cotidianas. Pero políticamente, puño en alto, estamos con él, con sus compañeros y su familia. Despedimos al maestro revolucionario y al proletario. Nuestro mejor homenaje será el redoblar nuestros esfuerzos por reconstruir la IV Internacional y, desde luego, la victoria. ¡COMPAÑERO JUAN YAÑEZ, PRESENTE! ¡AHORA Y SIEMPRE¡ ¡HASTA LA REVOLUCIÓN Y DICTADURA PROLETARIAS! ¡VENCEREMOS! Raúl Bengolea, Valparaíso, 30 de julio de 2006 por el Grupo Obrero Revolucionario-Contra la Corriente (GOR-CLC)
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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