BUENOS AIRES (ABA).- Pese a la intransigencia del presidente Néstor Kirchner y de los dirigentes de CARBAP, la ministra de Economía, Felisa Miceli, podría convertirse en la interlocutora buscada por los sectores agropecuarios para destrabar el conflicto por la carne que, a esta altura, está visto que es más político que económico.
“Yo no voy a permitir que la Sociedad Rural me tuerza el brazo... estos oligarcas golpistas no me van a presionar a mi”. La frase, es oportuno recordar, la pronunció en privado el presidente cuando el gobierno para detener el alza de precios internos ordenó suspender por 180 días las exportaciones. Hoy, según parece, ninguno de los dos quiere ceder.
Pese a todo, algunos contactos reservados con algunas organizaciones (no con CARBAP) los llevó adelante Miceli, quien además tiene que resolver la discusión interna entre el secretario de Agricultura, Miguel Campos y su segundo, Javier De Urquiza.
Enfrentados, éste último es el interlocutor de los productores, pero la semana pasada fue la ministra y Campos los que presentaron el plan ganadero en la Casa Rosada.
Kirchner no quiere dar por ahora entidad a los cuestionamientos a Campos, pero si la justicia confirma su procesamiento, le facilitará la salida de la función pública.
La ministra quiere cambios, pero todavía no recibió el guiño oficial para instrumentar las modificaciones que viene impulsando.
El titular de la Rural, Luciano Miguens actuó con moderación y hasta último momento hizo gestiones para que alguien del gobierno estuviese en el acto inaugural de la muestra, el sábado.
Kirchner, consecuente con su lógica de blanco o negro, ordenó el boicot porque no toleraba que desde las tribunas “que en otros tiempos aplaudía de pie a los dictadores, se silbase” a funcionarios de su administración.
“No nos ayuda, porque la Rural con su éxito demuestra lo bien que le va al campo. Es una pena que haya pasado esto que no tiene precedentes”, se lamentó Miguens en el medio de la exposición.
Luego confió que no le quedó más remedio que endurecer sus críticas, dejando eso sí la puerta abierta para el diálogo.
“Tendrán que venir al pie”, replicaron en la Rosada dirigiéndose especialmente a CARBAP, la entidad decidida a profundizar la confrontación.
“Se ha abierto una rajadura en el dique de contención del gobierno. Alguien por fin se animó a enfrentar a Kirchner”, comentaron sectores políticos de la oposición.
El presidente, no obstante, ordenó que se siga adelante con el Plan Ganadero y con la instrumentación de los créditos. Teme aparecer dando el brazo a torcer, pero dio instrucciones para ablandar las retenciones en los lácteos. Miceli seguirá siendo la persona buscada para entablar conversaciones informales, por ahora entre bambalinas.