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Domingo 30 de Julio de 2006
 
Edicion impresa pag. 32 y 33 > Sociedad
LA SEMANA EN ROCA: El río enseña

Indomable, el río Negro empuja hoy angustia y desesperación hacia las zonas pobladas que se ubican a la vera de sus extendidas orillas.

No lo hace en silencio. La fuerza de un caudal que amenaza con robustecerse emite una melodía, que puede ser impactante para un visitante pero suena a réquiem para los dueños de miles de hectáreas productivas que quedaron inundadas o con las napas ahogando las raíces de sus plantas.

El río trae de todo, pero honesto contendiente, ha dejado espacio para que la lucha no lo encuentre frente a alguien desprovisto de herramientas de defensa. Y he aquí una de las claves para entender por qué la región padece este presente de evacuados y sueños diluidos.

Una vez más, la falta de educación, la ausencia de acciones destinadas a generar conciencia, derivan en consecuencias indeseables. Para los pobladores ribereños, que abandonan sus hogares con lo puesto o se quedan y arriesgan al máximo para evitar que un robo ocasione dobles perjuicios. Para el Estado, que debe invertir miles de pesos en asistir a esas familias o en la construcción de defensas para evitar males mayores. Para el resto de los ciudadanos, porque las partidas presupuestarias derivadas a la acción por las crecidas afectarán los intereses de quienes iban a ser beneficiados por los fondos redireccionados.

Cierto es que ante un incremento de los caudales hacia los valores actuales es inevitable acusar algún tipo de impacto, pero no faltan a la verdad quienes advierten que desde el 2001 -año de la última crecida- poco y nada se hizo para reubicar los asentamientos en zonas inundables o de riesgo.

El argumento que habla de la negativa de la gente a irse de al lado del río no puede ser suficiente para aquellos que asumieron jurando hacer respetar las normas vigentes.

Y no se trata de subirse a una topadora para avanzar sobre las construcciones ilegales. Alcanza con articular políticas educativas, habitacionales y de fomento a la producción, para que esas familias entiendan que el río no sabe de treguas una vez que empezó a crecer y lo mejor es radicarse en una zona segura.

El repaso por el archivo de los diarios de julio de 2001 se transforma en contundente prueba de la ausencia de una cultura de la prevención entre los valletanos a la hora de relacionarse con los ríos.

No es un dejà vu. Buenos Aires Chico, Paso Córdoba, La Costa son tres barrios de Roca que están viviendo lo mismo que cinco años atrás. Sesenta meses en el medio sin que nadie buscara en la experiencia cercana la base de las transformaciones de esos escenarios.

Lo preocupante es que la ausencia de educación para las poblaciones ribereñas emerge como la punta de un iceberg que todos reconocen pero a la vez procuran no mencionar.

¿Qué ocurriría en la región ante el colapso de una represa?

Al margen de la coyuntura, la eventual falla de una obra de contención fue "el tema" en el 2001, pero a la vista queda hoy que apenas una salida pública elegante constituyó la principal preocupación para las autoridades de los organismos responsables de la seguridad de las poblaciones aguas abajo.

"La AIC falló al no comunicar a los habitantes de la zona sobre los planes de emergencia confeccionados". "Debe confeccionarse un proyecto rápidamente". "Sin dudas el tema pendiente es la comunicación. Se necesita un trabajo compartido entre todos los organismos y empresas privadas para saldar esta deuda". Las transcriptas son todas declaraciones hechas por el entonces presidente de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas y hoy titular del DPA rionegrino, Horacio Collado, durante un debate realizado en Roca el 3 de julio de 2001.

Un efímero período de simulacros en las escuelas sobrevino cuando el río se retiró de las costas y después... algo bastante parecido a la nada.

No son pocos los que creen que una intensa campaña de difusión sobre las acciones a desarrollar ante una emergencia por rotura de represa generaría una alarma generalizada, cuando en realidad son bajísimas las posibilidades de un colapso.

Lo que deberían aclarar entonces los organismos oficiales es su postura y actuar en consecuencia, porque a esta altura ni siquiera los intendentes de la zona tienen claro cuáles son sus prioridades a la hora de informar.

Allí se sabrá si conviene enseñar a la gente cómo actuar y esperar que el paso del tiempo sin accidentes disipe los temores a una catástrofe o directamente confiar en la suerte y pericia de cada uno el día que la naturaleza demuestre que está por encima de la mente del hombre.

 

HUGO ALONSO

halonso@rionegro.com.ar

 
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sus comentarios
30/07/2006, 16:13:06
nos dejo su opinion
Juan José de la Fuente
¡Los felicito! Es la visión exacta conque se debe empezar a trabajar ¡ya!. Me avalan casi treinta años de operación de un complejo hidríco. ¡Sigan despertando conciencias!
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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