La licitación internacional para la primera etapa del programa de asfalto rural del Alto Valle se abrirá el 15 de agosto próximo, informó Oscar Gómez, director ejecutivo en Río Negro de la Unidad Provincial de Coordinación y Ejecución del Financiamiento Externo (UPCEFE).

Su estimación es que para fines de setiembre se firme el contrato con alguna de las ocho empresas que adquirieron el pliego licitatorio.

Frente a las demoras que tuvo la iniciativa (el proceso de licitación estaba previsto par fines de 2004), Gómez admitió que "no ha sido fácil realizar los estudios de agrimensura, de suelos, impacto ambiental, financiero, plan de mantenimiento, proyecto técnico, aprobaciones por el Banco Mundial y registros de oposición de beneficiarios". Sin embargo, destacó "la predisposición y participación" de las cámaras, los consorcios, los municipios y la provincia. "Todos han aportado para hacer de éste un verdadero programa que apunta al crecimiento y desarrollo de nuestro sector productivo", dijo.

La primera etapa de la obra abarca unos 69 kilómetros y un monto de inversión del orden de los 9,7 millones de pesos. Comprende el tramo entre la entrada de Allen y la entrada de Roca.

La segunda etapa irá de Roca a Cervantes y de Allen a Cipolletti.

La administración de los casi 10 millones de pesos se realizará a través de un fondo fiduciario especial.

Respecto del programa, resaltó el tema de la seguridad, "que también ha sido motivo de intensas discusiones", y la necesidad de "que quede un proyecto con circuitos internos que permita el tránsito a los vehículos sobre asfalto entre Allen y Roca, que hoy lo hacen por la ruta 22". Consideró que "esto contribuirá a descomprimir esta vía con altos índices de accidentes que en muchos casos son provocados por vehículos lentos que se usan normalmente para la actividad frutícola".

Advirtió Gómez que "el asfalto rural no podrá usarse como una autopista. Tendremos que cuidar (productores y comunidad) las señalizaciones, controlar que los canales de riego no rebalsen, que las esquinas no se conviertan en cruces de la muerte. Recordemos -dijo- que es fundamental el control de la velocidad, ya que por más señales que se coloquen en los cruces existentes cada 1.000 metros, habrá muy poca visión y no se pueden poner obstáculos ya que esto provocaría lo que el asfalto logra en uno de sus objetivos, que es disminuir el movimiento de la carga". Insistió: "Todo ello redundará en más responsabilidades comunes, para que en definitiva perdure el bien común". Anticipó que se avanzó con los beneficiarios "en la conveniencia de que si bien en la generalidad de los cruces habrá que arreglar los puentes, no serán ensanchados para que sirvan como freno natural de la velocidad. Por supuesto tendrán también guarda rails y señalización".

Finalmente opinó que "debemos sentir el orgullo de todos los avances del sistema, para que cuando nos visiten nuestros compradores vean que nos esforzamos mancomunadamente para producir excelencia".