El campo hizo oir ayer sus reclamos, aunque al mismo tiempo hizo un llamamiento al "diálogo franco", durante la inauguración oficial de la 120° Exposición Internacional de Agricultura, Ganadería e Industria, en un acto que, por primera vez en su historia, no contó con ningún representante del gobierno nacional.

El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luciano Miguens, hizo una apuesta al diálogo para superar la crisis "sin sacrificio ni violencia", pero lanzó críticas contra las medidas impulsadas desde el Estado que afectan al sector ganadero y reclamó "reglas claras", "previsibilidad" y "seguridad jurídica".

Miguens se vio obligado a la inédita decisión de inaugurar él mismo la tradicional muestra del campo, en Palermo. "Hoy me toca inaugurar esta exposición, y lo voy a hacer al lado del presidente de CRA y de Coninagro", Mario Llambías y Fernando Gioino, respectivamente, dijo Miguens con evidentes muestras de disgusto.

Ni el presidente Néstor Kirchner, ni el vice Daniel Scioli, ni el secretario de Agricultura, Miguel Campos; y ni siquiera el subsecretario, Javier de Urquiza, quien el año pasado fue el único orador oficial, se hicieron presentes en la exposición. "Es una lástima que no nos acompañen", señaló Miguens, ya con la noticia confirmada de lo que la dirigencia rural interpretó como un vacío producto de la difícil relación que atraviesan.

El malestar de los productores se pudo palpar en cada manifestación, tanto en el discurso de Miguens como en las declaraciones periodísticas del resto de la dirigencia rural, y en las solidaridades externas, como la del gobernador neuquino, Jorge Sobisch (ver aparte). El titular de la

SRA consideró que la pronunciada ausencia "es una decisión del sector oficial, no podemos hablar de un buen o mal gesto, sino que simplemente es una lástima que no nos acompañen".

El acto inaugural comenzó a las 11.10. "Fomentemos a todo trance la agricultura y ganadería y la crisis desaparecerá sin sacrificio, ni violencia", aseguró Miguens, en una de las primeras frases de un encendido discurso que fue largamente aplaudido. De todos modos, llamó a "mantener un canal de diálogo", y afirmó que "sentarse a hablar no es traicionar mandatos ni resignar principios". Consideró que "los funcionarios tampoco debieran temer al disenso", y sostuvo que "la autoridad no se impone por decreto". "Desde el campo propiciamos una discusión abierta, franca y leal sobre los problemas del sector, donde en lugar de desplantes y amenazas para impresionarnos encontremos ideas y propuestas para convencernos", afirmó Miguens.

Con respecto al Plan Ganadero, abogó porque sea "un punto de partida que simbolice una nueva vocación de construir en conjunto un espacio para la búsqueda de soluciones de largo plazo". Sin embargo, advirtió que "ningún plan será exitoso si no está basado en reglas claras y permanentes".

"Reclamamos previsibilidad y seguridad jurídica", subrayó Miguens, quien señaló que "la crisis de la ganadería, que este año alcanzó su punto culminante, es el mejor ejemplo de las consecuencias negativas de la ausencia de políticas de Estado". (DyN)