NUEVA YORK - Las películas de Oliver Stone son conocidas por su fuerte contenido político. Sin embargo, su más reciente proyecto, basado en los atentados del 11 de setiembre de 2001 contra el World Trade Center, busca alejarse de cualquier lectura política.

El cineasta insiste en que su objetivo principal es relatar los hechos ocurridos aquel día, en el peor ataque terrorista de la historia estadounidense, que dejó más de 3.000 muertos.

"Este no es un filme político", subrayó Stone, conocido por películas controvertidas como "JFK", sobre el asesinato del presidente Kennedy, "Nixon", también sobre un mandatario estadounidense y los escándalos que plagaron su administración y "Pelotón", sobre la guerra en Vietnam.

"Parece que los atentados fueron politizados por ambos partidos (republicanos y demócratas), para obtener ventajas políticas. Creo que uno de los beneficios de esta película es que nos recuerda lo que realmente ocurrió ese día, de forma realista", dijo Stone en una entrevista reciente con el diario "New York Times".

"Mostramos a las personas que mueren y a las que no mueren, y la delicada línea que las divide", explicó Stone.

Su película, titulada "World Trade Center", cuenta la historia de un grupo de cinco bomberos que quedan atrapados bajo los escombros de las Torres Gemelas.

Dos de ellos logran escapar con vida, mientras que los otros tres mueren.

"Mi intención es mostrar a todos los cientos de hombres que salvaron esas dos vidas. Estos bomberos se adentraron en un infierno de escombros retorcidos y pelearon toda la noche para rescatar a sus colegas", afirmó.

El filme, que será estrenado en Estados Unidos el próximo 9 de agosto, está protagonizado por Nicolas Cage, en el papel del sargento John McLoughlin y Michael Peña, como Will Jimeno.

Según Cage, el fin de esta película no es el de entretener a la audiencia.

"Yo lo veo como un relato de una historia verídica. Así es como ocurrió. Generación, tras generación, tendrán películas como 'United 93' y 'World Trade Center' para no olvidar la historia", afirmó el actor ganador de un Oscar.

Los dos bomberos sobrevivientes, McLoughlin y Jimeno, participaron de cerca en el proceso creativo del guión y estuvieron presentes durante el rodaje del filme, realizado en un escenario especialmente creado en California.

"Todavía estamos muy nerviosos con el resultado", afirmó Jimeno.

"Se trata de Hollywood, pero Oliver nos vuelve locos tratando de hacer las cosas bien y asegurándose de que la película sea lo más realista posible", agregó.

Por su parte, los ejecutivos de los estudios Paramount están preparando con cuidado la campaña publicitaria, en especial tras el estreno en mayo pasado de la cinta de Universal "United 93", sobre el cuarto avión secuestrado que se estrelló en Pennsylvania y que se creía iba con destino a la Casa Blanca.

En los estados de Nueva York y Nueva Jersey, los dos más afectados por la tragedia, no habrá letreros en la vía pública o en los metros.

Asimismo, los estudios están haciendo evaluaciones del impacto del material con familiares de las víctimas.

Los planes para realizar el filme se iniciaron en 2004, cuando el guionista Andrea Berloff escribió una historia basada en la experiencia verídica de Jimeno y McLoughlin. Este es el primero de sus trabajos que es producido.

"No quería mostrar a los aviones estrellándose en las torres. Todos vimos estas escenas lo suficiente. En este sentido, el guión no agrega nada. Tampoco sabía como terminar la historia, porque hay por lo menos 10 finales posibles. Sin embargo, lo que les ocurrió a John y Will es una película en sí mismo", comentó el escritor.

Por su parte, Oliver Stone expresó interés en dirigir el filme hace un año.

El cineasta afirmó que este proyecto se lo debe a sus productores Michael Shamberg y Stacy Sher por haber confiado en él, en especial después del fracaso comercial de su cinta épica "Alexander".

"Alexander fue muy mal recibida en Hollywood. Creo que fue injusto, pero fue así. Después de esto, nadie quiere ser tu amigo, nadie quiere volver a hablarte", dijo Stone.

El director está poniendo una vez más en juego su nombre y reputación, pero considera que este proyecto es diferente de los anteriores. "Esta es como una herida que aún está abierta, que necesita cauterizarse de una forma especial. Esta historia se diferencia a las otras que he hecho porque es muy reciente", concluyó.

MYRIAM ALVAREZ

DPA