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Miércoles 26 de Julio de 2006
 
Edicion impresa pag. 72 > Sociedad
"Cien años no son nada" recita Pechi
Los perros bravos, los salones de baile y el estacionamiento no son temas nuevos.
Lo mejor de la muestra es lo que sabe Graciela Sánchez. Hace cien años, el primer intendente de Neuquén, Pedro Linares, ya tenía que lidiar con los contribuyentes.
Lo mejor de la muestra es lo que sabe Graciela Sánchez. Hace cien años, el primer intendente de Neuquén, Pedro Linares, ya tenía que lidiar con los contribuyentes.
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NEUQUEN (AN).- Hace cien años, el primer intendente de la ciudad de Neuquén, Pedro Linares, tenía problemas con los "perros bravos", con la regulación y los permisos de fondas y salones de baile y había problemas con los vecinos que aparcaban sin la debida sujeción carretas y caballos. Linares y su gente sumaban otro dolor de cabeza a su gestión: en una ciudad hacia la cual la cárcel y el ferrocarril habían arreado hombres de todo linaje, las casas de tolerancia era un problema de difícil solución.

"Que cien años no es (son) nada", puede cantar Horacio Quiroga: de punta con las protectoras por los perros (vagabundos o mordedores), en eterna disputa por los horarios de los boliches y con el estacionamiento medido en crisis por un paro que apunta a hacer colapsar el servicio. Las casas de tolerancia ya no están, pero hay trastornos del tipo por la multiplicación de oferta en las zonas rojas de la ciudad centenaria.

El 11 de marzo de 1906, a través de elecciones de las que participaron cuatro partidos políticos, quedó conformado el primer gobierno municipal que luego se encargó de elegir al primer jefe comunal, el español Pedro Linares. Neuquén empezaba a andar y el hombre de sabia calva tuvo que enfrentar los mismos problemas que Horacio "Pechi" Quiroga enfrenta hoy.

La información y las imágenes de aquellos años están desde hace dos semanas a disposición de todos los neuquinos y visitantes en el museo Paraje Confluencia, en Independencia y Córdoba de la ciudad.

La muestra tiene su peso propio pero todo tiene más brillo si lo explica la directora de esa casa, Graciela Sánchez, quien conoce al dedillo detalles de aquella época contenidos en actas, ordenanzas y cuadernos que concentran la historia no tan lejana de esta capital. Lo más valioso está en lo que Sánchez sabe y no se puede contar por escrito. Por caso, imagínese las anécdotas que giran alrededor de las casas de tolerancia. Quien quiera escucharla debe comunicarse al teléfono 155-553082, un celular que está fijo en el museo de la ciudad.

Sánchez dice que Quiroga está fascinado con la historia de la ciudad y es el principal animador de este tipo de muestras, más allá de que todavía deba lidiar con los problemas que heredó de Linares, bromeó.

"Hay cosas que no cambian, que son inherentes a los asentamientos humanos", explica, ya seria, Graciela Sánchez. A principios del siglo pasado, los dueños de perros bravos -esa era la denominación registrada en las ordenanzas- no se la llevaban de arriba: debían pagar multas de cinco pesos e incluso podían ir presos uno o dos días.

Para la inauguración de la exposición -que está abierta los días de semana de 8 a 20 y de 16 a 20 los sábados y domingos- hasta Neuquén llegó Carmen Linares, la hija de don Pedro, quien donó la partida de nacimiento de su papá, fotos y hasta el bastón que adentro escondía un sable.

"Hubo un apoyo importante de toda la familia, a decir verdad desde el centenario de Neuquén de todas las familias de Neuquén o de gente que estuvo en Neuquén se ha acercado ahora para aportar y donar cosas. Hemos rescatado el que creemos fue el primer escritorio de la intendencia, que está registrado en fotos desde 1916 pero que tenemos razones para creer que ya estaba desde antes", fue más allá Sánchez.

El primer Concejo Municipal (se escribía con c intermedia, según las actas) estuvo conformado por Pedro Linares, Miguel Mango, Joaquín Portela, Diego Mazzoni y José María Pérez. Y si bien Linares tenía su peso resalta el nombre del comerciante Miguel Mango, un hombre que estuvo íntimamente ligado al poder durante el primer cuarto de siglo.

Mango habría tenido algún cortocircuito con Linares pues entre las regulaciones planteadas en los primeras normas de la urbanidad estuvo el ordenamiento de los inquilinatos. Y Mango era el propietario de uno de ellos. El hombre, que luego fue intendente, se cuadró y cumplió con las reglas. Ocho meses después de haber sido nombrado, Linares renunció y fue reemplazado por José Marían Pérez. Cien años no son nada. Chan, chan.

 
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Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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