HAMBURGO (DPA) - Su Majestad se estaba divirtiendo mucho. Lo que ocurría en el escenario causó tanta risa al rey Eduardo VII de Inglaterra que el sillón del teatro en el que estaba sentado se quebró debajo de él. Por lo tanto, George Bernard Shaw es seguramente el único escritor de la literatura mundial que derrocó literalmente a un monarca. Y seguramente es el único que además de un Premio Nobel también recibió un Oscar.
Su magistral combinación de crítica social y humor satírico convirtieron al excéntrico, socialista, feminista, reformista y vegetariano en uno de los dramaturgos más exitosos del siglo XX.
Hoy se cumplen 150 años del nacimiento de Shaw en la capital irlandesa, Dublín.
Como Oscar Wilde y Samuel Beckett, Shaw proviene de la burguesía protestante de Irlanda, orientada intelectualmente más hacia Inglaterra que en las tradicionales celtas y católicas de su isla natal.
De todas maneras, Shaw aprendió pronto lo que era la pobreza debido a las dificultades económicas que atravesó su padre. A los 20 años, se mudó con su madre a Londres, donde probó suerte como autor de novelas sin éxito.
En el salón de lectura del Museo Británico recuperó lo que no había aprendido en su formación escolar. Se convirtió en cofundador de la Sociedad Fabiana, que buscaba la reforma de la sociedad por métodos no violentos, y agudizó su retórica en los debates políticos del grupo.
Pronto pudo vivir de sus críticas teatrales y musicales. Su primera obra de teatro, sin embargo, sólo se representó dos veces, mientras que la segunda fue prohibida por el censor. El teatro fue para Shaw de alguna manera la continuación de la política por otros medios, sobre todo los de la comedia y la parodia.
En sus obras, describe la explotación, la prostitución y la hipocresía de la sociedad burguesa. Pero lo hace con mucho humor y con una burla muy aguda, de manera que el conservador público teatral inglés se sentía perfectamente entretenido.
En 1894, tuvo su primer gran éxito
con "Arms and the Man". Hasta la Primera Guerra Mundial mantuvo un ritmo de nueve obras por año.
Además, Shaw encontró tiempo como concejal de instalar retretes públicos para mujeres. En 1897 se casó, pero no quiso tener hijos.
En 1913, estrenó "Pigmalión" en el Burgtheater de Viena. La comedia sobre el lingüista Higgins que enseña a la pobre vendedora de flores Eliza Doolittle el acento de la clase alta británica y la introduce en la alta sociedad se convirtió en un éxito mundial en su versión musical, "My Fair Lady".
En 1938, Shaw recibió un Oscar por el guión de la versión cinematográfica de la historia. Trece años antes, la Academia Sueca ya le había concedido el Premio Nobel de Literatura, a lo que Shaw respondió con el comentario de que posiblemente la distinción respondiera al alivio de que ese año no publicara nada.
Al principio, se negó a aceptar el galardón, pero luego accedió y destinó el dinero a la creación de una fundación literaria. En ese momento, hace tiempo que Shaw ya no era sólo un escritor de comedias.
La Primera Guerra Mundial destruyó la sociedad victoriana y le quitó así su mejor blanco de burlas, como comentó el historiador teatral Georg Hensel.
Shaw escribió también piezas reflexivas como "Volviendo a Matusalén", que comienza con Adán y Eva y termina en el año 31.920 después de Cristo, para ilustrar los caminos a la mejoría del ser humano.
"Santa Juana" es considerada una de sus mejores obras. En ella, contrapone al personaje de la joven virgen marcada por el romanticismo de Schiller a una Juana llena de razón práctica y melancolía escéptica.
"The Apple Cart" (1929) fue el último gran éxito de Shaw. Siguió escribiendo obras de teatro, ensayos y novelas hasta los 90 años, pero ya no tenían el efecto de antes. Sin embargo, su recuerdo permaneció.
Cuando murió el 2 de noviembre de 1950 en su casa de campo en Inglaterra, los teatros de Broadway apagaron por un minuto sus carteles de neón. Shaw es considerado hasta hoy el mejor escritor de comedias de su época y uno de los más destacados dramaturgos en lengua inglesa desde el siglo XVII.
