SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La rotura del pavimento en algunos puntos de la avenida Bustillo volvió a multiplicar las quejas de turistas y residentes, que la tienen como vía de tránsito obligado hacia toda la zona Oeste de la ciudad.

Uno de los puntos críticos es el distribuidor de tránsito donde está ubicado el monolito a San Martín, que presenta desde hace unos días algunos baches de gran tamaño.

Ese lugar había sido repavimentado hace pocos meses y justamente la corta duración de la obra fue señalada con disgusto por varios automovilistas que pasan a diario por el lugar.

Una medición de hace cinco años había registrado para la Bustillo un tránsito pico de hasta 24.000 autos por día. Seguramente hoy esa cifra es todavía mayor.

El jefe zonal de la empresa Viarse dijo que el trabajo realizado frente al monolito fue "un parche para salvar la situación", que no estaba incluido en la obra licitada por la provincia. Explicó, además, que se trata de "una zona de giro y fricción" que tiene "una mala base", lo cual explicaría la escasa resistencia de la carpeta de pavimento colocada el último verano.

Aseguró que cuando el tiempo mejore un poco realizarán una bacheo en ese punto y luego deberán proyectar una reparación de fondo, para lo cual "habrá que romper y hacer una base como corres

ponde". Una alternativa sería la colocación de hormigón.

El mal estado de la avenida Bustillo (que se replica multiplicado en su paralela, la avenida de los Pioneros, que es de jurisdicción municipal) tiene obvia relación con el muy nutrido tránsito que soporta, pero también con varias obras que fueron mal realizadas.

En relación con esto último, Sheffield dijo que "en esos casos la empresa ejecutora hizo el trabajo de nuevo sin costo" para la provincia.

Aclaró, no obstante, que existe un "problema serio" y es la mala calidad de los asfaltos que entregan las empresas petroleras. "Desde que aumentó el precio del petróleo, el material viene muy malo, porque le sacaron aditivos y la realidad es que no tiene el grado de densidad y las propiedades que tenía hace diez años".

Un empresario local del sector reconoció ese déficit y aseguró que lo padecen todas las empresas viales del país. Dijo que "un asfalto que tiempo atrás duraba hasta diez años ahora se rompe a los 5 ó 6 años".

Por otra parte, atribuyó la responsabilidad a las proveedoras del material, que en el país son dos: Petrobrás y Repsol/YPF.

Debido al acelerado deterioro que presenta el pavimento flexible, el municipio empezó a colocar hormigón en muchos esquinas céntricas. Se trata de un material que cuesta tres veces más que el pavimento y su construcción obliga a cortar el tránsito durante unos 30 días, pero luego tiene una duración de 20 años.