"Empanadas con vino en jarra, una guitarra, bombo y violín y unas cuantas mozas bizarras pa' que la farra pueda seguir". Quién no conoce este fragmento de la famosa zamba que pinta con lujo de detalles el escenario de una fiesta, de esas que en el folclore abundan.
Y de un modo u otro, música y comida, música y sabores estuvieron siempre ligados. Es que escenarios con comidas criollas sirvieron de inspiración para que muchos de los autores de nuestra música folclórica escribieran temas con una descripción asombrosa.
Y eso es lo que hizo Adelina Villanueva, salteña de alma, quien en un libro y en un CD reúne recetas de comidas criollas y canciones.
En realidad Adelina Villanueva consiguió recuperar sabores criollos y platos cargados de significación para este país, y mezclarlos ingeniosamente con ritmo de zambas, cuecas y gatos y bailecitos, en lo que ella misma denomina "Canto con sabor a la comida criolla".
El origen de todo esto es su dedicación y participación en Radio Nacional Folclórica con los micros "Rutas alimentarias gastronómicas argentinas", experiencia que la llevó a desarrollar un trabajo más ambicioso, donde concentra recetas, datos históricos, reseñas, comentarios, y canciones creadas, muchas de ellas especialmente para este trabajo, con el prólogo de Eduardo Falú.
La autora le dijo al diario digital "El Civismo" que "persuadida de que la música es unificadora de motivaciones, de acciones, de realizaciones, me aboqué a recuperar sabores criollos y platos tradicionales. Con esta obra y por el gusto de cantar y de cocinar, trato de recuperar parte de nuestro patrimonio, como es la comida criolla, por ser ésta un elemento folclórico vivo, tal como lo decía el poeta y músico Armando Tejada Gómez en su 'Canto popular de las comidas".
El trabajo de Adelina Villanueva ya pasó por el examen de Cosquín en el verano pasado y ahora se apresta a pasar por el examen de la gente de todo el país.
Dijo la autora que "en mi provincia nuestras mujeres criollas nos inculcaron sus conocimientos, participando del amasado de bollos con chicharrón o las tortillas al rescoldo y como si se tratara de un juego, buscar ramitas, chamiscas o marlos para encender el fuego del horno de barro, entre tantas otras tareas. Qué decir cuando preparábamos empanadas que eran al por mayor ya que papá tenía una familia muy grande entre tíos, tías, abuelas y primos. No faltaba motivo para el encuentro, siempre convocados por la misma música a la que iban llegando con sus cajas para hacer la ronda de coplas y bagualas".
La propuesta de Villanueva es un poco el condimento a mucho trabajo, la música con sabor es parte de la identidad del folclore, ya lo dijimos muchas veces, la música, la comida, la cultura y algunos otros ingredientes, definen con claridad la identidad de un país que se muestra y muestra lo que sabe hacer.
Buena idea esta de reunir la música, que en un montón de casos habla de comida -estoy recordando "pan cebollita y huevo"- y que es un modo de mostrar a la gente un país que tiene otro costado.
El folclore reúne iniciativas como estas, que traducen en música lo que otros pensaron como un delicioso plato y que recrean imágenes bien ligadas a las costumbres de esta argentina que canta y crea.
JORGE VERGARA
jvergara@rionegro.com.ar
