Viernes 21 de Julio de 2006 Edicion impresa pag. 28 y 29 > Internacionales
El único urgido por el tiempo es el gobierno libanés

Israel y el Hizbollah parecen dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias en su lógica de la guerra que entró en su noveno día, y cada cual estima que el tiempo juega en su favor.

"Hay un bloqueo absoluto de ambos lados y en esta lógica no puede haber más que un ganador y un perdedor", estima el diputado y analista Samir Frangié, según el cual el Hizbollah tomó dos rehenes y "hemos dado a Israel tres millones de rehenes", es decir a todos los libaneses.

Israel se declara determinado a proseguir su ofensiva "sin límite en el tiempo" a pesar de los llamados de la UE y de la ONU para un alto el fuego. De su lado, la guerrilla chiíta repite que sólo aceptará "un alto el fuego sin condiciones" y luego accederá a "negociaciones indirectas sobre un intercambio de prisioneros".

"Cuanto más dure la crisis, más disminuirán las posibilidades de los israelíes de realizar sus objetivos", afirmó el presidente del Centro de Estudios Estratégicos del Hizbollah, Ali Fayad. Fayad explicó que "la resistencia del Hizbollah, la continuación de los disparos contra Israel y el fracaso de las tentativas (israelíes) de incursión terrestre modificarán el equilibrio de las fuerzas y obligará a la comunidad internacional a modificar su posición hostil" al partido chiíta.

Un análisis que no comparte Samir Frangié, según el cual "hay que introducir otra lógica. Una puerta de salida podría ser que el Hizbollah de al Estado libanés los medios de administrar el futuro del país y le entregue las armas y los rehenes" israelíes para que el gobierno pueda negociar.

"Otra salida podría ser que la comunidad internacional decidiera encargarse de la situación en los planos político, humanitario y militar", sobre todo formando una fuerza que se desplegaría en el sur de Líbano y realizaría una operación militar. Pero "si el Hizbollah no acepta entregar las armas, se avanza hacia una extensión del conflicto" que podría implicar a Siria.

En este clima, el primer ministro, libanés Fuad Siniora, pidió la ayuda internacional para desarmar al movimiento chiíta, convertido en "un Estado dentro del Estado" libanés pero advirtió que primero se deben cesar las hostilidades.

"Todo el mundo debe ayudarnos a desarmar a Hizbollah. Pero antes que nada tenemos que lograr un alto el fuego. Mientras duren los bombardeos no podremos hacer nada y la situación sólo empeorará", declaró Siniora al diario italiano Corriere della Sera. Según Siniora, Hizbollah "se ha convertido en un Estado dentro del Estado. Lo sabemos bien y es un problema muy grave. No es un secreto para nadie que Hizbollah responde a las agendas políticas de Damasco y Teherán", acusando así a los regímenes sirio e iraní, respectivamente.

El jefe druso libanés Walid Jumblatt acusó a Siria de "destruir el Líbano por procuración" y afirmó que Irán pidió al Hizbollah provocar a Israel para aliviar las presión occidental sobre su plan nuclear. (AFP)

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