LONDRES (DPA) - Oscar Wilde, Giacomo Casanova, sufragistas, espías, criminales, terroristas, dictadores y ministros caídos en desgracia han sido sus reacios visitantes, pero después de 270 años de impartir justicia, los históricos juzgados de primera instancia de Londres, en Bow Street, cierran sus puertas.
La corte, establecida en 1735, y uno de los lugares más famosos en la historia del crimen británico está a punto de convertirse en un hotel de lujo que será conocido simplemente como The Bow. Los asuntos que en la emblemática corte se trataban y la colección única de documentos jurídicos serán trasladados a un lugar más práctico aunque con menos solera.
"Nuestra historia nos acompaña", agregó el juez jefe Timothy Workman. "Este es el juzgado de primera instancia más famoso del mundo", añadió.
En el corazón de Londres
Situado en el corazón de Londres, en el distrito de Covent Garden, enfrente de la Royal Opera House, el edificio blanco albergará en el futuro a turistas en vez de criminales y sus celdas serán convertidas en habitaciones de lujo.
Los irlandeses de Edward Holdings, que han comprado el viejo edificio de juzgados, dijeron que son conscientes de su "ilustre pasado y su significado en la historia del crimen y el castigo". "Nuestro objetivo es asegurar a largo plazo su edificio histórico con la creación de un nuevo hotel lujoso que esté totalmente integrado en Covent Garden", añadieron.
Se espera que The Bow incluya un museo o un "centro interpretativo".
La existencia del bloque de celdas y sus salas de juicios serán preservadas en el nuevo hotel. Las celdas, que ya están equipadas con baños, serán convertidas en habitaciones de hotel. Aquellos que pasen una noche en The Bow difícilmente podrán escapar a su historia.
En 1895, el escritor irlandés Oscar Wilde, cuando fue procesado por la moral en sus publicaciones, respondió al ser preguntado si alguna vez había adorado a un hombre más joven que él: "Nunca he adorado a nadie excepto a mí mismo".
Wilde fue condenado a dos años de trabajos duros en varias prisiones de Londres por cometer "actos indecentes".