SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Nueve días después de que los jueces de la Cámara Segunda del Crimen le impusieran ocho años de prisión, la pena mínima prevista para el homicidio, Luis Alberto Vera se suicidó en su celda de la alcaidía, colgándose con la cuerda que confeccionó con el forro de su colchón y una sábana.
El suicidio fue advertido por los celadores de la alcaidía a las 18:30 de ayer, cuando abrieron la celda de aislamiento donde estaba recluido y establecieron que se había ahorcado asegurando la soga en el marco de la puerta.
Vera se encontraba en esa celda de aislamiento porque el miércoles, según informaron las autoridades, había protagonizado un intento de fuga luego de simular que experimentaba un malestar para que lo trasladaran al hospital. Una vez allí le propinó a uno de sus custodios un cabezazo en la cara, pero no alcanzó a fugarse porque los policías lograron reducirlo.
El hecho que le imputaron a Vera y concluyó con su condena se produjo en el barrio 34 Hectáreas el 21 de noviembre de 1993, entre las 18:30 y las 20, en el interior de la vivienda de Juan Nostrosa.
El entonces fiscal Miguel Angel Gaimaro Pozzi le adjudicó a Luis Vera haberle disparado en la cabeza a Fabio Rojas, de 21 años, con un revólver calibre 22 que fue secuestrado por la policía en la casa de Jorge René Vera, hermano del imputado y también testigo del crimen.
Vera recién fue detenido en los suburbios de Bahía Blanca el 7 de febrero de 1997, pero se escapó antes de que lo enjuiciaran, el 1 de mayo del mismo año, y recién lo detuvieron para juzgarlo el último 15 de marzo en el barrio Alto. Estaba viviendo en Santa Cruz, donde formó una familia y consiguió un trabajo estable.