SIERRA GRANDE (ASG).- A nadie escapa que la situación del comercio de Sierra Grande preocupa y que se vive por estas horas una de las peores crisis del sector. De los 90 nuevos comercios que abrieron hace un año la mitad piensa en cerrar sus puertas.
A simple vista, fueron muchas las inversiones y deseos de venta que nacieron a la luz de las crecientes expectativas que generaba la llegada de los inversores chinos que arribaron al lugar para poner en marcha el yacimiento minero de la otrora empresa estatal Hipasam.
Las expectativas las transmitían los propios funcionaros que hace un año y medio auguraron que para esta época del 2006 iban a haber cerca de 500 puestos de trabajo en la Minera Sierra Grande.
Todos se aceleraron al ritmo de la ansiada recuperación económica de una localidad que se fue adaptando a por lo menos 500 nuevos sueldos. Muchos comercios renovaron sus ofertas, hubo nuevos comerciantes, algunos inversores llegaron desde ciudades vecinas para ser parte y a hacer de este crecimiento una ganancia segura.
Algunos así como llegaron se fueron, el único costo de probar suerte fue pagar el sobreprecio de un abultado alquiler que subió de la noche a la mañana, por la propia especulación que generaba la expectativa del sector comercial local.
A quien se lo ve preocupado por estos días es al intendente Nelson Iribarren -que goza de licencia para desempeñarse como convencional municipal-.
Como pocas veces Iribarren se manifestó preocupado públicamente y se despojó de sus desvelos. En una entrevista con "Río Negro" dijo que "es obvio que estamos en una meseta económica y se nota en los comercios, esta recesión me preocupa", sostuvo el jefe comunal que por estas horas analiza dejar la Convención Municipal y volver a sostener con más fuerza las riendas del gobierno municipal.
La expectativa del gobierno municipal con respecto a la apertura de la empresa era tal que se creía que para esta época del año en la Compañía Minera Sierra Grande iban a haber 500 personas trabajando y en realidad hay algo menos de la mitad. Sin contar todos los empleos que cesaron de las empresas subcontratistas que hicieron sus trabajos para la Minera y se fueron.
Iribarren analizó que Sierra Grande es una ciudad que creció con una población que creyó en el desarrollo, pero que de los 98 comercios nuevos, "40 tiemblan por cerrar la persiana".
"No se dieron las cosas como creíamos, es indiscutible la inversión en la mina y la reactivación del puerto, pero la realidad es que falta ingreso de trabajadores, pero una vez que se empiece con la explotación de la mina se generará un efecto multiplicador, la empresa tiene sus tiempos y no los que nosotros quisiéramos, pero tenemos que ser respetuosos" agregó.
Justamente en la empresa minera y sus posibilidades de producción están centradas las expectativas de Iribarren, espera que en corto plazo la empresa empiece a producir .