Indonesia recibió advertencias de dos agencias regionales de que el terremoto de anteayer podía provocar un tsunami, pero no trató de hacerlas llegar a las comunidades amenazadas, según ha informado el propio gobierno. El ministro de Ciencia y Tecnología, Kusmayanto Kadiman, señaló que Indonesia recibió los boletines del Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico y de la Agencia Meteorológica de Japón después del seísmo de 7,7 grados en la escala de Ritcher. Más de 300 personas han perdido ya la vida a causa del tsunami.
Las advertencias fueron enviadas al gobierno indonesio unos 45 minutos antes de que se produjese el tsunami. Sin un sistema automatizado en la zona para comunicárselo a los habitantes mediante altavoces en las playas o mensajes de texto por teléfono móvil, la evacuación de un número significativo de personas hubiera sido prácticamente imposible. La falta de fondos ha frenado la creación de un sistema de alerta de tsunamis en las costas indonesias.
¿Por qué a nosotros?
Con su mujer, sus dos hijos y un amigo en la parte trasera de la motocicleta, Asep huyó a la
mayor velocidad que pudo de la playa de la normalmente tranquila localidad turística, y no paró hasta estar a varios kilómetros del lugar que sabía estaba marcado por una completa devastación.
Este vendedor de la playa, de 34 años, escapó así del tsunami causado por un terremoto en la tarde del lunes y que devastó unos 200 kilómetros de costa en el sur de Java.
"Cuando se produjo el sismo, pensé enseguida en Aceh", declara al relatar su sensación de que se repetía la catástrofe que azotó nueve países en diciembre del 2004, entre ellos a la provincia indonesia de Aceh.
"Me fui enseguida a la costa,
pero antes de llegar, mucha gente ya estaba gritando '¡tsunami, tsunami!", señala Asep. "Así que corrí de nuevo hacia mi moto y huimos". Asep y su familia se cuentan entre los afortunados. La ola de cuatro metros, provocada por un temblor de 7,7 en la escala de Richter, mató a al menos 339 personas (con la cifra en aumento), causó heridas a cientos y dejó sin hogar a unas 30.000 personas en las provincias de Java central y occidental. Pangandaran, una localidad turística muy popular, fue la más afectada, con 186 muertos y numerosos hoteles y viviendas destruidos.
Las víctimas del lunes tuvieron poca o ninguna advertencia de lo ocurrido, tal como ocurrió con el terremoto de 9,1 que provocó el tsunami en el 2004 y mató a 177.000 personas tan sólo en Aceh. "El sismo fue muy breve", afirma otra superviviente, Tumiyah, que vio retroceder sospechosamente el agua de Pangandaran hacia mar adentro antes de que apareciera una ola gigante en el horizonte. "Corrí lo más rápido que pude, pero mi hermano fue arrastrado por la enorme ola", relata con lágrimas en los ojos. "Encontramos su cuerpo hoy a unos 200 metros de donde fue visto por última vez". (DPA y El País)