Este vez no hubo milagro. River dio demasiadas ventajas ante un rival muy compacto como Libertad y se despidió de la máxima cita continental. El partido se suspendido a los 40 del complemento por incidentes en la tribuna visitante, cuando el dueño de casa ganaba 3-1 y, por antecedentes, es casi imposible que la Confederación Sudamericana determine la continuidad.

A los 40 segundos, Marcelo Gallardo tocó su primera pelota y tenía tres marcadores encima. Al minuto, Gonzalo Abán intentó desnivelar por izquierda y chocó con la firmeza del "Cabo" Sarabia. En ese momento, el Millonario se dio cuenta que estaba ante un partido durísimo y que todo lo que se había hablado de su rival era cierto.

Es verdad que estaba el antecedente del Monumental (2-2), pero algunos imaginaron que el parate Mundial había provocado cambios. No fue así, sino todo lo contrario: el paraguayo fue un equipo tan compacto como el que jugó en Argentina y sí fue el River el que mostró una cara muy diferente (extrañó a Rolfi Montenegro y Santana). No tuvo ideas y terminó rendido ante un conjunto muy sólido.

Luego de adueñarse de la pelota, el local tardó 16 minutos en abrir el marcador. Hernán López, que ya habría provocado un enorme atajada de Germán Lux, no falló en la segunda y anotó el 1-0. El preciso centro fue del verdugo de la ida, Carlos Bonet, quien empezó a sacar chapa de jugador clave en la serie.

A esa altura, River estaba en carrera. La historia recién empezaba y quedaban 75 minutos para darlo vuelta. Lo mejor era llegar al descanso empatados y, en todo caso, abajo por un tanto. Pero no, pasó lo peor: Martín Hidalgo re

ventó el travesaño, Sergio Aquino tomó el rebote y 2-0.

"Es el peor resultado", se ilusionó algún hincha súper fanático que recordó la frase del 'Bambino' Veira, el mismo que dirigió a River a la primera conquista, en 1986.

Pero tampoco fue así. En la primera jugada del complemento, le anularon un gol a River, pero en la contra, Cristian Riveros hizo delirar al Defensores del Chaco. El once argentino quedó mal parado y eso, ante un rival tan concentrado como Libertad, es mortal. 3-0 y serie liquidada en un 90 por ciento.

Para colmo, en el cuarto de hora se fue expulsado Gallardo y todo se derrumbó. Sólo el olfato goleador de Ernesto Farías dio alguna esperanza y, de hecho, el "Tecla" consiguió el descuento.

Cuando River iba por la heróica, otra vez los incidentes. El grupo de hinchas argentinos tuvo un fuerte enfrentamiento con la policía paraguaya, todo se descontroló y el árbitro Rubén Selman dijo basta.

Con este final, se terminó el sueño millonario y también se cortó con esa racha de definir la Libertadores cada diez años.