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Dos parejas asaltadas en el camino al cerro Otto | ||
Los turistas fueron interceptados por tres asaltantes armados. No los golpearon pero se llevaron las mochilas y efectos de valor. | ||
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Un nuevo robo con armas cometido en un circuito turístico preocupa a las autoridades policiales y las obliga a extremar los cuidados, sobre todo en las picadas y caminos de montaña cercanos a la ciudad. En esta oportunidad las víctimas fueron dos parejas que ascendían por el camino que conduce a la cima del cerro Otto, y estaban llegando al complejo invernal "Piedras Blancas" cuando los interceptaron tres asaltantes y a punta de pistola los despojaron de sus mochilas y efectos de valor. El preocupante hecho se suma a los robos y hurtos que también afectan a turistas y ocurren con frecuencia en hoteles y confiterías, aunque en estos casos no hay riesgo para sus vidas. El episodio se produjo el domingo a las 14, cuando Erica y Lara Saubidet, de 25 y 28 años, y Nicolás Strangis y Juan Barreto, también de 25 y 28 años respectivamente, realizaban esa característica excursión al cerro Otto. En esa circunstancia fueron enfrentados por tres individuos, uno de ellos armado, que los despojaron de sus mochilas, cámaras fotográficas, dinero, documentación y otros efectos personales, y se perdieron en los senderos de la ladera Sur del cerro, donde están situados los barrios Frutillar y 34 Hectáreas, entre otros. El último asalto en ese camino se produjo hace varios meses y damnificó a un joven turista bonaerense que había decidido ascender a la cima del cerro Otto por el camino de automóviles. En ese caso la víctima fue interceptada por dos hombres armados poco después de que iniciara el recorrido, que nace en el kilómetro 1 de la ruta del Faldeo y serpentea unos 5 kilómetros hasta llegar a la cima. El asalto más notable y recordado, sin embargo, se produjo el 5 de enero de 2004 en la picada que conduce a la laguna Jakob, cuando 8 turistas integrantes de tres grupos, en algún caso extranjeros, fueron interceptados por 5 asaltantes poco después de que iniciaran el ascenso. La ocurrencia de un nuevo y preocupante hecho delictivo en el entorno de la ciudad compromete las posibilidades turísticas y de recreación que ofrece ese sector, y descubre la precariedad en materia de seguridad a que se exponen los visitantes. Pese a que casi no llevan dinero cuando realizan esas excursiones, un segmento de la población delictiva local encontró en esa especialidad un buen filón, porque están seguros de que no ofrecerán resistencia, y siempre llevarán consigo objetos o prendas de valor. Hace casi una década se repitieron varios asaltos a mano armada en la zona del cerro Otto y en el camino al Valle del Challhuaco. El primer circuito era utilizado por familias de peatones o de automovilistas que eran sorprendidas por delincuentes en bicicleta, que después de robarlos se perdían en los senderos descendentes que conducían al barrio El Frutillar. El segundo circuito era el preferido para quienes se arriesgaban a hacer el amor en los suburbios, a veces con funestas consecuencias, porque además de sufrir los despojos, hubo mujeres que resultaron violadas por los asaltantes. | ||
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