Beirut (Télam).- Al menos 25 personas, entre ellos 11 soldados libaneses, murieron hoy en la séptima jornada de bombardeos israelíes en Líbano, mientras que un israelí murió alcanzado por un cohete del grupo Hezbollah en el norte de Israel, en una nueva escalada de violencia en Medio Oriente. En tanto, continúan las evacuaciones de Líbano de miles de extranjeros por aire, mar y tierra, así como los esfuerzos diplomáticos para solucionar una crisis que causó alarma mundial.
Tras reunirse en Jerusalén con negociadores de la ONU, la canciller israelí, Tzipi Livni, dijo que Israel no descarta una tregua con Hezbollah si el grupo libera a los soldados capturados y se garantiza su futuro desarme. Livni insinuó que Israel no se opone a un eventual despliegue de una fuerza internacional en Líbano, una vez que se logre un cese el fuego, informó la agencia de noticias DPA. Mientras tanto, "las operaciones militares israelíes contra los Hezbollah proseguirán", dijo el primer ministro israelí, Ehud Olmert, en un comunicado. Israel "seguirá con sus ataques a esa organización mientras no recupere a los soldados secuestrados" y no se cumpla con la resolución 1559 de la ONU, que pide el desarme de Hezbollah, agregó el comunicado del premier.
Por su parte, uno de los 14 diputados de Hezbollah en el Parlamento libanés, Hussein Hajj-Hassan, reiteró la postura de su partido de que todas las propuestas de paz de la ONU, occidentales y europeas son "condiciones israelíes" que no se aceptarán. Once soldados libaneses murieron y 35 más resultaron heridos en un ataque israelí contra una base en la zona de Kfar Chima, en el sur libanés, informó el ejército de Líbano en un comunicado. El canal qatarí Al Jazira dijo que los militares libaneses muertos en el ataque aéreo fueron 14, entre ellos cuatro oficiales, pero la información no fue confirmada oficialmente.
Horas más tarde, aviones israelíes atacaron un cuartel del ejército libanés en Jammhur, diez kilómetros al este de Beirut, cerca del palacio presidencial y de la sede del Ministerio de Defensa, dijeron fuentes militares, sin informar de víctimas. Las fuerzas armadas libanesas permanecieron mayormente al margen de los combates entre Israel y Hezbollah iniciados hace siete días, pero sus posiciones fueron repetidamente atacadas, pese a los pedidos israelíes de que controle al grupo islamista. Siete personas, todas civiles, fallecieron cuando su casa fue bombardeada en la localidad sureña de Aitaroun, informaron fuentes médicas, citadas por el diario israelí Haaretz.
Otros cuatro civiles -una mujer, sus dos hijas y su empleada de Sri Lanka- murieron y cuatro personas más resultaron heridas en un ataque aéreo israelí contra la ciudad de Tiro, en la costa libanesa, indicó la policía. Además, tres cuidadanos jordanos, una mujer y sus dos pequeños hijos, murieron cuando un avión israelí bombardeó el auto en el que viajaban por el valle de Bekaa, en el este de Líbano, informó la cadena de televisión Al Arabiya, de Emiratos Arabes Unidos.
El grupo Hezbollah respondió con nuevos lanzamientos de cohetes contra ciudades de Israel, y al menos un israelí murió en uno de esos ataques, informaron fuentes médicas y militares. En el mismo ataque, otros cinco israelíes resultaron heridos. El hecho ocurrió en Nahariya, la misma ciudad donde la argentina Mónica Saidman murió la semana pasada alcanzada por otro proyectil de Hezbollah y en la que viven más de 200 argentinos. Varios otros misiles cayeron en Haifa -atacada por tercer día consecutivo-, Safed y Tiberíades, todas en la región de Galilea, en el norte de Israel, sin provocar víctimas, informó Radio Israel.
El viceprimer ministro israelí, Shimon Peres, afirmó que Hezbollah lanzó sobre Israel 1.500 misiles desde el inicio de la crisis en Medio Oriente la semana pasada. "Lanzaron hasta ahora 1.500 misiles. debemos detener el lanzamiento de misiles sobre nuestras cabezas, nuestras localidades y ciudades", dijo Peres a la cadena SkyNews. Hacia la media tarde local, la aviación israelí reanudó sus ataques en el sur de Beirut, el principal bastión de Hezbollah en la ciudad, informó la televisión libanesa, que mostró imágenes de largas columnas de humo que se elevaban al cielo. Según fuentes médicas y policiales, al menos 230 personas -en su mayoría civiles libaneses- y 25 israelíes -entre ellos la argentina Saidman- murieron desde el inicio de la crisis, desatada tras la captura de dos soldados israelíes por parte de Hezbollah. Unas 480 personas resultaron heridas del lado libanés.
