Se le venía negando. Lo tuvo en el Clausura del 2003 y se lo arrebataron en un escritorio. Pero Maronese no bajó los brazos y salió a buscarlo nuevamente. Y ayer lo encontró. Tuvo que viajar hasta San Martín de los Andes para dar su primera vuelta olímpica, el primer “anillo” de su corta historia.
El 3 a 0 frente a Frontera no será un resultado más, al menos para el grupo de jugadores que conduce Sánchez Laudari.
No importó el frío. Todos los jugadores del “Maro” se zambulleron en una suerte de espejito de agua que se formó al costado de la cancha. De las tribunas aún bajaba el eco de un “me parece que el rojo no sale campeón...”, un cántico que se hizo sentir a lo largo de los 90 minutos. Fue una fiesta total, pero antes hubo un partido.
En ese cotejo los capitalinos dejaron en claro que no les sienta mal la chapa de ‘mejores’.
Es cierto que el 3 a 0 final no es una radiografía cabal de lo que fue el trámite de juego, pero en el estadio Municipal de San Martín el campeón conjugó las dos cualidades necesarias para obtener consagración: firmeza y efectividad.
Firmeza a partir de una defensa que muy pocas veces desnudó alguna fisura y que estuvo bien liderada por el capitán Gastón Fuentes; y de un mediocampo que siempre tuvo su norte bien marcado desde el despliegue y el coraje de Mauro Espinoza. Efectividad porque convirtió las chances que se le pusieron delante de las narices.
Frontera pagó muy caro las fallas defensivas que cometió en la primera parte, y que los de Sánchez Laudari capitalizaron de la mejor manera.
Porque hasta los 17 minutos había pasado muy poco, pero hubo un desborde por derecha con centro incluido que la defensa local no logró despejar bien y que Gustavo Lineares cambió por gol.
El segundo baldazo de agua fría surgió 13 minutos más tarde, desde una equivocación de Nicolás Salinas que segundos después terminó en penal a Lineares y grito de Fuentes. Fue partido liquidado, aunque quedaba una ‘perlita’ de cabeza a cargo de Mario Barros (11 del segundo tiempo), la figura de la cancha y uno de los artilleros del campeonato.
Maronese gritó campeón con una fecha de anticipación y mucho tuvo que ver para su consagración el sprint final que metió en este Apertura.
Es que ganó nada menos que seis partidos al hilo, pero además se olvidó lo que significaba perder después de la fecha 11, cuando cayó justamente con quien le venía  la caza, el siempre peligroso Independiente.
De esta forma, Maronese terminó con una campaña que señala 14 partidos ganados, dos empatados y dos perdidos, con el “rojo” y Villa Iris.
Entonces sí, el combo estuvo completo, se escucharon explotar en el aire decenas de petardos, todos se dejaron caer en el “espejito” de agua y su hinchada se dio el gusto de dar una ordenada vuelta olímpica con sus “muchachos”.
Maronese se sacó la mufa y finalmente logró cazar su presa más deseada: el título.

“Nadie lo imaginaba”

La voz se le entrecortaba por la emoción. Tenía los ojos desbordados por una mezcla de cansancio y felicidad, una eterna felicidad. El capitán Gastón Fuentes no entraba en sí. Finalmente a Maronese se le dio, la ansiada vuelta olímpica llegó a falta de una fecha.
“Hace años que estaba esperando ganar algo importante con este club, y por fin se nos dio el título. La verdad es que nadie imaginaba, a principio de torneo, que Maronese podía ser campeón”, bramó un emocionado Fuentes.
Más tarde reconoció que en 2006 lo tenían pensado como “un año de transición, porque había renovación, con muchos chicos... Pero la verdad, fuimos los mejores”, sentenció.
Otro que no cabía en su alegría era el entrenador Rafael Sánchez Laudari, quien analizó que el título llegó a las manos de Maronese “gracias a la unidad del grupo y el esfuerzo que pusieron todos los muchachos”. Además, señaló que “cuando terminó el Argentino C hubo un gran desgranamiento, incorporamos muchos pibes y no teníamos expectativas de salir campeones. Pero el trabajo se fue consolidando, y hoy somos los mejores con justicia”.

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