Lunes 17 de Julio de 2006 Edicion impresa pag. 68 > Deportes
El automovilismo, de luto
En un tremendo accidente murió Miller, copiloto del TC Pista.

Por suerte privó el sentido común en el TC. Había que parar los motores por la muerte del copiloto Gabriel Miller y se hizo, por más que a unos pocos les interesara más los 45 pesos que les costó la entrada. Es que la sensibilidad no se compra.
Y los pilotos reunidos dejaron de lado los intereses propios y comerciales para decidir, por unanimidad, una medida acertada.
Mientras, el piloto Alberto Noya se encuentra internado en gravísimo estado.
Noya está en coma 3 con respiración asistida, después de sufrir un paro cardíaco durante el traslado desde el autódromo hasta el policlínico de Rafaela, al margen de múltiples traumatismos, el más grave cerebral.
El accidente ocurrió durante las primeras vueltas de la final del TC Pista.
La cupé Dodge de Noya entró en trompo en la segunda de las chicanas y fue impactada en el lateral derecho por el Ford Falcon de Hugo Fayanás, cuan-do se circulaba a cerca de 200 kilómetros por hora.
El impacto fue tremendo y de inmediato se pensó en graves consecuencias, por lo que poco después se mostró la bandera roja determinando la detención de la prueba, que era comandada por Ezequiel Bossio.
El auto de Noya debió ser cortado en varias partes para poder extraer del habitáculo tanto al acompañante como al piloto, mientras que se realizaban los primeros auxilios por parte del equipo dirigido por el médico Rodolfo Balinotti.
También fueron auxiliados Fayanás y su copiloto, quienes acusaron traumatismo de testículos, producto del ajuste de sus cinturones de seguridad.
Los pilotos del TC, que en muchos casos se acercaron al lugar de la tragedia, vieron a través de las secuencias televisivas el accidente y fueron recibiendo informaciones que denotaban la gravedad del hecho, resolviendo autoconvocarse y juntarse con los máximos directivos de la ACTC, representados por su presidente, Oscar Aventín y también Rubén Gil Bicella.
Al confirmarse la versión circulante en los boxes y al tomar conocimiento oficial de la situación, resolvieron por unanimidad suspender la programada final del TC.
El ex campeón Ernesto Bessone fue el encargado de anunciar la medida al periodismo, solidarizándose “con las familias involucradas en el trágico accidente y por respeto a las mismas, como así también a los colegas accidentados”.
Bessone comentó que “por respeto al numeroso público asistente”, se ofreció junto con el resto de los pilotos a quedarse en el lugar y recibir el saludo, firmar autógrafos o sacarse fotos, a pesar del mal momento que estaban pasando.
Posteriormente lo hizo Marcos Di Palma, que pidió al público que esta vez los acompañaran a ellos en el dolor de la muerte del acompañante y la gravedad del estado del piloto.
Luego se fueron sumando todos los que participaron en una reunión poco común en la categoría, incluídos los dirigentes de la ACTC, oportunidad en la que Oscar Aventín lamentó lo sucedido “a pesar de haberse tomado todos los recaudos de seguridad para que no ocurriera”.
Parecía que iba a ser una fiesta en Rafaela. Tenía todos los condimentos, pero la tragedia frenó todo. El automovilismo está de luto. ¿Habrá cambios a futuro?

 

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