NEUQUEN (AN).- "El trabajo del juez es quizá el más evaluado dentro de la actividad pública", afirmó el presidente de la Federación Argentina de la Magistratura, Abel Fleming. Añadió que "no hay poder en un Estado constitucional de derecho que no deba ser controlado. El Poder Judicial debe serlo, el tema es quién, cómo y qué controla".
Fleming estuvo la semana pasada en Neuquén, alarmado porque la Constitución provincial reformada incluyó entre las facultades del Consejo de la Magistratura, la evaluación periódica del desempeño de los magistrados.
En diálogo con "Río Negro", el juez oriundo de Salta puso énfasis en qué temas "tienen que necesariamente ser excluidos de un control, a riesgo de lesionar la independencia judicial".
Incluyó, en primer término, "el contenido o criterio en derecho de los fallos. Este tema hace a la libertad del juez. La independencia e imparcialidad obligan a que no sea sometido a control y presión indebida sobre el contenido de sus sentencias".
En segundo término, debe quedar excluido del control "una evaluación de desempeño por el nivel de confirmación de los fallos. Si se evalúa a los jueces por el nivel de confirmación de sus fallos por parte de los tribunales superiores, esto edifica un Poder Judicial disciplinado, subordinado y piramidal, propio de una organización militar".
- En los hechos, ¿los fallos de tribunales superiores no obligan a los inferiores?
- Por supuesto que parte de los antecedentes a considerar al momento de una resolución judicial son los precedentes. Esto no implica que el juez no pueda, en el caso particular sometido a examen, apartarse del precedente en consideración de las particularidades del caso. El juez no debe ser un mecánico aplicador de criterios superiores.
Fleming señaló también que "el acto judicial no es un acto de consenso social. Incluso en un caso puede llegar a confrontar determinado consenso social. Los jueces hoy tienen por misión afianzar derechos de minorías, de los débiles frente a los poderosos, debe proteger el derecho del discriminado, aun cuando esa discriminación provenga de un consenso mayoritario dominante".
"El juez no puede ser evaluado por el aplauso que sus decisiones merezcan en una determinada coyuntura social. Debe ser examinado por el apego que su actuación tenga a derechos fundamentales, a la Constitución, a hechos probados en el expediente", concluyó el titular de la Federación.