Boca pasó por Tucumán y dejó más interrogantes que respuestas después del primer amistoso de la pretemporada, en el que ofreció una pobre imagen futbolística y fue derrotado por San Martín.
Más allá de la anecdótica derrota, la principal preocupación de Alfio Basile fue y será durante un buen tiempo cómo reemplazar a Federico Insúa y Daniel Bilos. Especialmente a Insúa, ya que en el plantel no hay un jugador con sus características y eso se notó en esta primera actuación donde el técnico optó por retrasar a Marcelo Delgado, sin encontrar los resultados buscados.
El reemplazante natural de Insúa es Guillermo Marino, que ayer no jugó por estar engripado. Las mayores esperanzas futbolísticas reposan en el ex Newell's, por sus características técnicas y porque hoy Boca no cuenta con otro jugador de sus condiciones. Para Basile, es él... o él.
Perdidos en el medio
En el mediocampo Fernando Gago sintió la falta de un jugador con el que pudiera dialogar futbolísticamente y por eso su juego perdió trascendencia, en tanto que Martín Palermo quedó muy aislado y prácticamente no tuvo participación en el juego ofensivo durante los 90 minutos.
Muy poco para un equipo que se caracterizó por su vocación ofensiva y que en algún momento del partido decidió jugar con tres delanteros ya que el Chelo Delgado se olvidó de su nueva función y se instaló en el sector derecho del ataque, en tanto que Guillermo Barros Schelotto se corrió hacia la izquierda.