LONDRES (DPA) - El césped de Wimbledon vivió un nuevo capítulo de la rivalidad entre Roger Federer y Rafael Nadal, los jugadores más destacados del circuito tenístico y que prometen a futuro muchos más enfrentamientos.

Desde los duelos entre Jimmy Connors y John McEnroe el tenis no vivía una rivalidad tan intensa y de tanta calidad como la de los dos mejores tenistas del mundo.

Se midieron ocho veces con una balance de 6-2 a favor de Nadal, pese a que Federer sigue siendo el número uno del mundo y con ocho títulos de Grand Slam se acerca al récord de 14 de Pete Sampras. El resto no parece capaz de hacerles sombra.

Federer se siente como en casa en el césped de Londres, donde ganó su cuarto título seguido, lo que aprovechó por fin para imponerse al único jugador capaz de plantearle lucha, aunque Nadal se demostró a sí mismo que también puede ganar al suizo sobre césped.

Nadal había ganado las cuatro finales en las se habían enfrentado este año. Parecía que le había tomada la medida, pero en Wimbledon todo es diferente para el número uno mundial.

Por ello, la victoria en Wimbledon ganó valor para el suizo por haber derrotado a Nadal en la final de un torneo que resultó un plácido paseo para el "rey del césped".

Nadal fue el gran descubrimiento de Wimbledon. A su talento, fuerza y sus condiciones en arcilla ahora se suma su capacidad para ganar sobre césped.

"Con su triunfo ante (André) Agassi demostró lo que puede hacer, no contaba con que estaría en la final", reconoció Federer.

"Debía probar que podía ganarle. La rivalidad es buena y ahora me gusta más", señaló después de vencer a Nadal. Porque en Roland Garros, en Dubai, en Montecarlo o en Roma fue muy diferente.

En París se esfumó el sueño de ganar los cuatro Grand Slam la misma temporada, porque Nadal es tan imbatible en arcilla como él en césped.

"Creo que ahora estamos en paz. Está igualado. Las otras derrotas no cuentan", expresó el suizo, sólo considerando los Grand Slam.

Las únicas cuatro derrotas que lleva Federer en lo que va de año fueron ante Nadal.

Incluso, se comenta que Na-dal nunca podrá ser número uno del mundo mientras que esté Federer y que el suizo nunca podrá ganar el Grand Slam mientras esté Nadal, quien aparece como dominador de Roland Garros durante muchos años.

Pero Nadal, a sus 20 años, quiere más y se aferra a que su oponente tiene 24.

"Quiero ganar Wimbledon y seguiré mejorando para poder lograrlo. Federer fue mejor, pero no estuve tan lejos", señaló el español.

El próximo año Federer quiere emular a Bjorn Borg y ganar el quinto título consecutivo, pero allí volverá a estar Nadal.

Ahora llega un tiempo de vacaciones para ambos después de jugar de forma seguida la temporada de arcilla y de césped.

Los dos campeones están cansados y quiere cargar sus baterías con miras a la preparación del US. Open, último Grand Slam del año, donde Federer defenderá el título.

Pero puede haber un anticipo, como la final del Masters Series de Toronto el 13 de agosto.

Sería el próximo capítulo de una rivalidad que promete ser duradera y escribir muchas páginas en el libro del tenis.