Lunes 10 de Julio de 2006 Edicion impresa pag. 10 > Regionales
AMIA y Carrasco

BUENOS AIRES (ABA)- Aun cuando los trágicos episodios son muy distintos, la semejanza entre las derivaciones judiciales en el caso Carrasco y la causa AMIA son notables.

Ambos episodios (la muerte del conscripto y el atentado a la mutual judía) ocurrieron en 1994, ambos jueces de instrucción fueron puestos en la picota (Galeano destituido, mientras Caro espera el fallo) y todos los condenados en ambos casos son ahora reivindicados como inocentes víctimas de una historia oficial a la que se habría prestado el instructor de la causa.

Salvando las diferencias, tanto Juan José Ribelli (por tomar el más emblemático) en un caso, como Ignacio Canevaro en el otro cumplieron alrededor de una década en prisión.

Los dos son tratados por la historia "revisionista" como chivos expiatorios de un juez inclinado ante un poder urgido por dar respuestas a la presión popular.

Entonces, con el correr de los años, aunque Ribelli y compañía cometían fechorías, nada tuvieron que ver con la explosión en la AMIA; y aunque Canevaro y compañía solían incurrir en malos tratos contra los conscriptos (de acuerdo a varios testimonios), serían inocentes de lo que Caro (y el tribunal oral) los culpó a tal punto que un testigo (Oscar Pandolfi) los calificó de militares "sanmartinianos" (sic).

Lo cierto es que a doce años de los sucesos en cuestión los únicos que permanecen bajo la lupa -con razón o sin ella- son los magistrados que realizaron la instrucción.

Por falta de pruebas o prescripciones no hay aún responsables condenados por la historia oficial que los jueces mencionados habrían convalidado.

Galeano ahora sólo recorre tribunales como abogado, y hasta corre peligro de detención. Consultado por este medio para conocer su opinión, Caro condicionó su palabra al "resultado del juicio"... Es decir, solo hablará si todo este asunto le sale "barato". (C.R.)

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