Lunes 10 de Julio de 2006 Edicion impresa pag. 11 > Regionales
Un crimen irracional

NEUQUEN (AN)- El asesinato de José Ibacache causó en su momento una terrible impresión por sus características. Al volante del colectivo del CPE que manejaba habitualmente, el hombre llegó a la casa de los Aguilera de la Hoz en el barrio San Lorenzo para buscar a su hermanastra discapacitada, pero los que subieron fueron Mario y Eduardo, armados con revólver y escopeta.

Es posible que Ibacache haya muerto sin saber por qué, aquella mañana del 28 de setiembre de 1998. Ocurrió que Silvia, la hermanastra discapacitada de los Aguilera de la Hoz, había sido violada y por sus dificultades para hacerse comprender, no pudo señalar al autor.

Vaya a saber en base a qué señales, los hermanos creyeron que el culpable había sido el chofer, algo que las pruebas luego desmintieron en forma categórica. Sin esperar, "hicieron, mala y despiadadamente, justicia por mano propia", como expresa la sentencia que los condenó a 16 y 17 años de prisión.

El juicio en contra de los acusados terminó el 19 de noviembre de 1999 y no dejó conformes a los familiares del chofer, que esperaban una condena más dura. "Pensábamos que les iban a dar perpetua", dijeron.

En realidad el fallo fue dividido. Jorge Sommariva (hoy vocal del TSJ) y Cecilia Luzuriaga (ya jubilada) consideraron que el crimen no fue premeditado y que tampoco hubo alevosía, como sí opinó el otro juez del juicio, Roberto Fernández (hoy, también vocal del TSJ).

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