NEUQUEN (AN).- Con la declaración de dos testigos se reanudará hoy el juicio por el asesinato de Susana Ruminot, y es posible que después se realicen los alegatos que terminarán con la etapa oral de este proceso. La sentencia será dictada una semana después, en plena feria judicial de invierno, por lo que se habilitará un día especialmente para su lectura.

El juicio fue suspendido el 29 de junio por una cuestión legal: la fiscalía y la querella ampliaron la acusación contra los imputados, y hubo que darles plazo a los defensores para que reorganicen su estrategia. Además, tienen oportunidad de presentar nuevas pruebas.

Cuando comenzó el debate, la acusación contra los detenidos Ricardo Johnatan "Cataco" Vega Delgado y Marisol González era por homicidio calificado en calidad de autor, el primero, y partícipe necesaria, la segunda. Pero ahora la imputación se amplió: acusan a Marisol de haberle pagado a Vega para que cometa el crimen.

Esta es la segunda vez que los mismos acusados son sometidos a juicio. En la primera ocasión resultaron absueltos, porque los jueces interpretaron que la Policía armó pruebas en su contra. El TSJ anuló ese fallo y ordenó hacer un nuevo juicio, con otros camaristas.

En el final de esta instancia se encuentra ahora el proceso. Los fiscales Alfredo Velasco Copello y Sandra González Taboada, y los querellantes Oscar Pandolfi y Gustavo Palmieri, creen que está probado que los dos imputados estuvieron dentro de la casa de Ruminot, en Centenario, la noche del 20 de junio de 2002 cuando la docente fue atacada a golpes y luego estrangulada con la correa de su cartera. El crimen ocurrió en presencia de su hija, de casi 3 años de edad, que se escondió debajo de la cama y pasó toda la noche, hasta el mediodía siguiente, junto al cadáver de su mamá.

También consideran demostrado que los dos acusados se conocían desde antes, y que la mujer le pagó al joven (o al menos le ofreció dinero) para que cometa el asesinato. Presumen el móvil: los celos que Marisol tenía de Susana y de su hija, porque la docente había mantenido una relación con Claudio Flores, ex pareja suya.

Para la defensa, en cambio, nada está claro. Jorge Larrea, que asiste a Marisol González, insiste en que el principal sospechoso del asesinato es Claudio Flores. Asegura que si la noche del crimen vieron a su clienta cerca de la casa de Ruminot, es porque ella había observado a Flores ingresar a esa vivienda. Y cree que es mentira que el hombre haya estado en Picún Leufú, como indican algunas pruebas. La imputada tenía cinco meses de embarazo al momento del crimen por lo que no pudo ingresar al lugar saltando el cerco perimetral de la vivienda.

En cuanto a Gustavo Vitale, que defiende a Vega Delgado, tiene una postura más tajante: ha dicho que este segundo juicio es inconstitucional, porque no se puede juzgar dos veces a la misma persona por el mismo hecho. Pero además, afirma que no hay pruebas en contra de su asistido porque si bien "Cataco" le confesó el hecho a un amigo, lo hizo borracho y pudo haber mentido.