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Primeros barilochenses vivieron hace 10.600 años | ||
Confirmaron que en una caverna ubicada a pocos kilómetros de la ciudad hubo presencia humana en esa época. Es el asentamiento más antiguo del que se tenga registro en la norpatagonia. | ||
BARILOCHE (AN).- Los primeros barilochenses se refugiaban bajo un alero de piedra a pocos metros de una prístina laguna, entre cipreses, saucos y guindos. Convivían con osos enormes, tigres dientes de sable, huemules gigantes y pequeños caballos, todos parte de una muy variadas fauna extinta. Hace más de 10.000 años, la era del hielo se había derretido y el bosque era incipiente: el mundo se abría a una nueva etapa, la de nuestros días. Aquellos primeros hombres, de los que poco se sabía hasta ahora, eran hábiles cazadores y desde una caverna bajo el alero espiaban a sus presas y también la laguna El Trébol. Los muchachos no se andaban con chiquitas a la hora de preparar la comida: en el fogón de su refugio, entre otros bichos, asaron un enorme mylodon, un superdesarrollado oso perezoso que, para completar las complicaciones de los cazadores, debajo de un grueso pellejo tenía una serie de apretados huesos que hacían de coraza. Desde hace tiempo, los investigadores tenían sospechas de que todo era más o menos así. Ahora lo confirmaron: un estudio realizado en un laboratorio de la Universidad de Arizona (Estados Unidos) determinó que en la caverna y el alero ubicados a pocos kilómetros del centro de Bariloche -junto a la laguna El Trébol hubo presencia humana hace 10.600 años. Se trata del asentamiento de cazadores recolectores más antiguo del que se tenga registro en la norpatagonia. Los resultados de los análisis de carbono 14 -efectuados en restos de carbón y astillas de huesos animales- comprueban la teoría de un equipo arqueológico de la zona lacustre y prueba, además, que en ese lugar hace miles de años los primeros barilochenses compartieron un particular "asado con cuero": una enorme bestia desaparecida de la faz de la tierra. El mylodon llegó a medir hasta cinco metros de largo y dos de alto. Este animal típico de la era del hielo (uno de sus parientes es el capocómico de una película de animación) tenía pelos largos y ásperos como los de un jabalí y los peculiares huesillos bajó su durísimo cuero. Ninguna de estas protecciones le sirvió para escapar al destino de parrilla, pues huesitos de su coraza hallados por los arqueólogos tienen claras marcas de cortes hechos por manos humanas. En el sitio El Trébol -una verdadera síntesis de la vida humana en Patagonia- trabajaron los arqueólogos Adam Hajduk (Conicet), Ana Albornoz (agencia Río Negro Cultura) y el técnico Maximiliano J. Lezcano (Conicet), todos con lugar de trabajo en el Museo de la Patagonia "Francisco Pascasio. Moreno". Los científicos estuvieron acompañados por un equipo de trabajo que relevó en los niveles más pro fundos y antiguos de este sitio los vestigios de los primeros habitantes de la zona, asociados a restos del mylodon. "La sorpresa fue mayor cuando en 2004 nuevas excavaciones arrojaron evidencias de que los antiguos habitantes habían consumido al gran animal, dejando las huellas de sus instrumentos de piedra en unos huesos que tenía incluidos en su piel. Los huesos dérmicos estaban quemados de una forma especial, hecho que nos llevó a la declarar el hallazgo del primer ¡asado con cuero!", describieron Hajduk y Lezcano a "Río Negro". En las primeras excavaciones realizadas en la cueva de El Trébol se alcanzó una profundidad de unos tres metros, llegando a un nivel con acumulación de grandes rocas, a modo de piso, producto de un derrumbe de grandes dimensiones que produjo la caída de parte del techo de la cueva, muy probablemente asociado a fuertes movimientos sísmicos y erupciones volcánicas. Sobre estas rocas se encontraron los restos de mylodon asociados con instrumentos de piedra y de hueso, junto a restos de fogones. En las últimas excavaciones, los arqueólogos se abocaron a la tarea de remover las grandes rocas. Entre ellas quedaron al descubierto resquicios con arena volcánica, donde se hallaron más vestigios de los primeros habitantes del sitio. Esta fecha, 10.600 años, "es la más antigua hasta el momento en norpatagonia, a lo cual se suman en importancia las pruebas halladas de que el hombre fue contemporáneo de la fauna extinta de gran tamaño y que además la consumió", explicó Hajduk. También se destaca la ubicación del sitio en el actual ambiente de bosque, cuya arqueología es muy poco conocida, fue más allá.
RODOLFO CHAVEZ | ||
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