Domingo 09 de Julio de 2006 Edicion impresa pag. 18 > Politicas
Fuera de la candidatura "todo es discutible"
"Siento en las tripas que voy a ser gobernador", dijo. Sostuvo que es preciso buscar la alternancia.

NEUQUEN (AN).- Horacio Quiroga dice que va a ser gobernador. No sólo porque -asegura- se lo ha dicho el presidente Kirchner, de quien se considera socio en la concertación política, sino también porque lo siente "en las tripas". Admite que para llegar hay que unir a la oposición, por eso advierte que, más allá de su candidatura, "todo es discutible". Sin embargo, aclara que uno de los límites es el programa de gobierno.

"Río Negro" pasó revista con el intendente a los temas de actualidad, inclusive a los superpoderes para el jefe de Gabinete, que el neuquino defendió implícitamente al señalar que "pretender tener presidentes débiles es identificarnos con el desgobierno".

-¿Quién es su heredero?

-Es difícil decirlo hoy. Creo que muchos tienen ganas. Pero deberán demostrar mucha preocupación, mucha entrega y transmitirle a la sociedad que efectivamente tienen ganas. El que gane el reconocimiento de la gente será mi candidato. Mientras tanto hay tres en carrera, que son Oscar Smoljan, Martín Farizano y el "Chango" Burgos. Eso dentro de mi partido, pero con seguridad vamos a compartir espacios con otras fuerzas políticas y esto debe ser discutido con mucha seriedad.

-¿Se considera un candidato de Kirchner en la provincia?

-Yo soy un candidato de Kirchner en la provincia. Además, siento en mis tripas que voy a ser el próximo gobernador y las tripas nunca se equivocan porque son ancestrales. Voy a ser candidato con o sin el apoyo del presidente. Me llenaría de honor y orgullo que me apoye y en realidad, el presidente ya lo ha dicho espontáneamente, pero si las circunstancias determinaran otra decisión, nobleza obliga, sería más que respetuoso de lo que diga un presidente de la calidad de Kirchner.

-A nivel de tripas, ¿qué le gusta de Kirchner?

-En primer lugar, la recuperación de la autoridad presidencial. Por momentos tengo la impresión de que somos una sociedad conspiradora. En un régimen presidencialista pretender tener presidentes débiles es lo mismo que identificarnos con el desgobierno. Con decisión, con gran fortaleza política, Kirchner se plantó con dignidad frente a los acreedores de la timba internacional que querían despojarnos de los recursos de todos los argentinos. Puso el Estado al servicio del pueblo. Hoy tenemos 25 mil millones de dólares de reservas en el Banco Central, lo que significa también una moneda fuerte.

-¿Busca ser el líder de una oposición unida?

-No sé si denominarlo líder, a lo mejor no están dadas las condiciones para hablar de líder en un proceso de transición como el que debe vivir la provincia...

-¿Pero piensa que hay que unir a la oposición?

-Desde luego. Pero sin desdibujar la acción de gobierno.

-Un sector de la oposición lo cuestiona, entre otras cosas por la Constituyente. ¿Cómo va a convencerlos de que deben ir juntos?

-Nuestra posición en la Convención fue la misma que en la campaña. Para nosotros la campaña asume el carácter de declaración jurada de un plan de gobierno. La ratificamos aun asumiendo costos políticos. En relación a la posibilidad de compartir espacios, la limitación es las características del gobierno que se quiera llevar adelante. Así como hay cuestiones en las que hay fuerzas políticas que no están de acuerdo conmigo, hay cosas que yo tampoco comparto con ellas. Por ejemplo, la decisión de pasar a planta todos los programas sociales en la provincia, que pondría en serio riesgo las finanzas públicas e iría en contra de la política nacional de eliminar el déficit.

-¿Pero hay puntos de unión?

-El punto de unión está dado, en primer lugar, por la necesidad de la alternancia. Porque no existe la posibilidad de partido único. Cuando escucho a algunos de los candidatos del MPN parece que se quisieran presentar como si estuvieran en la vereda

de enfrente para generar la alternancia, pero dentro del mismo partido. Y esto desnaturaliza la democracia. La alternancia es un punto de coincidencia sumamente importante con el resto de la oposición.

-¿Qué es lo que está dispuesto a negociar para ser el candidato a gobernador?

-Vamos a recorrer la provincia y hablar con todos los ciudadanos, independientemente de su extracción política. Vamos a charlar con otros partidos, pero no vamos a acordar con los dirigentes y después hablar con los ciudadanos. Vamos a hacer al revés. Otros están haciendo un gran esfuerzo y me parece legítimo, pero nosotros vamos a llegar a todo el pueblo de Neuquén y espero que eso nos permita encontrar un camino común con muchas expresiones con las que compartimos criterios básicos en una provincia gobernada durante 45 años por el mismo partido.

-Está de acuerdo con el presidente y su concertación y quiere ser su candidato a gobernador, ¿todo lo demás es discutible con los que integren esa coalición?

-Desde luego. Todo es discutible, porque además la democracia se hace con mucho diálogo. Si nos creemos dueños de la verdad convertimos la política en una cuestión de fe y eso es para las religiones.

-¿Qué les diría a Benítez o Podestá?

-Es muy poco lo que tengo que decirles porque jamás les he hecho algún tipo de crítica salvo sobre cuestiones de gobierno municipal. Cuando ellos dicen que tienen diferencias ideológicas conmigo, a lo mejor es cierto: más allá de los discursos, veamos cómo ejecutan el presupuesto uno y otros y ahí vamos a ver quién ejecuta una política más progresista, no vaya a ser que se encuentren con una sorpresa y cambien de opinión.

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