Domingo 09 de Julio de 2006 Edicion impresa pag. 36 > Policiales y Judiciales
Violento al extremo

ROCA (AR).- Luis Mario Pino protagonizó distintos hechos extremadamente violentos, y fue también el protagonista de interminables fugas que generalmente terminaron con la Policía desorientada y el domador fuera del alcance de la ley.

Su nombre saltó a los medios de prensa allá por octubre de 1995. Fue tras descubrirse a una joven que permanecía encerrada con candado en una pequeña y humilde casa de madera de Río Colorado. Se trataba de Mariana Kasakevicus, una chica de 19 años que estaba en estado tan lamentable, que sorprendió a los propios investigadores.

La joven no sólo tenía las marcas que quedaron como huellas de brutales palizas en distintas partes del cuerpo, sino que su boca había sido cocida con alambre "para que no hablara con nadie". Mariana Kasakevicus era novia de Mario Pino.

En ese momento, el domador emprendió una cinematográfica fuga a campo traviesa. La Policía sabía de sus conocimientos de campo, por lo que pusieron uniformados en distintos puestos para tratar de cortar el paso del prófugo. Pero no lo lograron. Sin agua ni caballo, Pino consiguió llegar hasta una isla de la zona de Valle Medio. Recién ahí lo rodeó la Policía y su madre lo convenció de que se entregara.

De ahí en más, sólo se supo que estaba detenido en la alcaidía de Roca. Hasta que el 17 de mayo de 2001 escapó de la ex chacra Emeta, donde se alojan los presos de máxima confianza. La fuga de Pino se produjo cuando le faltaban sólo dos meses para cumplir su condena. Como ocurrió la vez anterior, entre chacras y campos, Pino fue inhallable. El 4 de marzo de 2004 volvió a sonar su nombre, esta vez en la zona de Contralmirante Cordero. Una adolescente de 14 años se puso de novia con el violento domador. A las pocas semanas logró escapar de su encierro y se comprobó que había sufrido palizas y vejaciones. Cuando llegó la Policía, Pino estaba en su hábitat natural: el campo. Y como ocurrió anteriormente, de nada sirvió seguir sus rastros, que desaparecían misteriosamente. Un nuevo capítulo de la historia se escribió ayer, cuando Pino fue apresado en Plottier, aunque esta vez muy lejos de los piquillines y matacebos.

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí