MOSCú (DPA) - Un avión de pasajeros ruso con 200 personas a bordo se salió esta madrugada de la pista en el momento de aterrizar en la ciudad de Irkutsk, en Siberia y se teme que hayan muerto la mayoría de sus ocupantes, informaron las autoridades.

Según algunos testimonios, en el momento de aterrizar procedente de Moscú, el A310 de la compañía Sibir avión se salió de la pista y chocó con un muro de cemento y una estación de mando antes de empezar a arder, informó defensa civil de Rusia.

En el accidente, ocurrido a las 07:50 horas (19:50 de Argentina), la parte delantera del fuselaje quedó totalmente destruida, indicó Irina Andrianova, portavoz del Ministerio de Situaciones de Emergencia."El avión se salió de la pista al aterrizar. Iba a una velocidad apropiada'', agregó.

Al menos 40 personas fueron trasladadas a hospitales, según agencias de noticias rusas.

Los sobrevivientes fueron rescatados por la parte trasera del avión.

La aeronave de la aerolínea Sibir partió de Moscú con 192 pasajeros y ocho tripulantes.

Andrianova dijo que 43 personas fueron hospitalizadas y otras 10 lograron escapar.

Otra fuente citada por Interfax señaló 34 personas ingresadas con quemaduras.

Se teme que el resto de los pasajeros hayan muerto, señaló. Según Andrianova, los servicios de emergencia tardaron más de tres horas en extinguir las llamas.

El avión había despegado de Moscú en ruta a Irkutsk, cerca del lago Baikal.

Se estrella helicóptero en Tenerife

En tanto, en España, un helicóptero del Ministerio de Medio Ambiente que colabora en la lucha contra incendios se precipitó al mar cerca de Santa Cruz, la capital de la isla de Tenerife (Canarias), causando la muerte de cuatro de sus seis ocupantes, mientras continúa la búsqueda de los otros dos.

La máquina, que cayó al agua a menos de cuatro kilómetros de la costa tinerfeña, se dirigía de Gran Canaria a La Palma. Por el momento de desconocen las causas del siniestro.

Hasta ahora fueron rescatados los cadáveres de dos mujeres y dos hombres, mientras continúa la búsqueda del piloto y el copiloto. Un remolcador intenta evitar que el helicóptero se hunda en las aguas del Atlántico, que en la zona del accidente alcanzan los 700 metros de profundidad.