El Salón de la Declaración de la independencia es la única estancia de la Casa de Tucumán que todavía tiene las mismas paredes que en 1816. En 1896 estaba derruida y abandonada y el presidente Roca, tucumano al fin, advierte su legado histórico y la protege con un pabellón. En 1936 se declaró monumento nacional y en 1942 se iniciaron las tareas de reconstrucción total con pioneras investigaciones de arqueología urbana culminadas en 1998.