Los astronautas del Discovery, Piers Sellers y Mike Fossum, dejaron la Estación Espacial Internacional (ISS) ayer para su primera salida espacial con el fin de probar equipos para posibles reparaciones futuras al trasbordador. "Dios mío, es un hermoso día en Irlanda", exclamó Sellers, nacido en Inglaterra, mientras la nave pasaba sobre las islas británicas.

Los dos astronautas, de nacionalidad estadounidense, abrieron la escotilla de la cámara de descompresión de la ISS a las 10,17 de nuestro país, iniciando una salida que duró seis horas.

Previamente habían permanecido varias horas dentro de la cámara, respirando oxigeno puro para evitar malestares al usar la escafandra espacial.

En la primera de tres salidas espaciales, que tiene como objetivo probar una nueva técnica de reparación en órbita, simularán trabajos en el trasbordador Discovery, y buscarán probar si un brazo robótico de la nave puede usarse como plataforma de trabajo para efectuar reparaciones.

Esta simulación se da en el marco de un esfuerzo intenso de la NASA por mejorar la seguridad de sus astronautas desde que siete de ellos murieran en el accidente del Columbia en febrero de 2003.

"Como parte del esfuerzo para un vuelo de regreso queremos asegurarnos de que tenemos la capacidad de reparar cualquier área del sistema de protección térmica si fuera necesario", dijo a la prensa Tony Ceccacci, director de vuelo.

El encargado del programa del trasbordador, John Shannon, dijo que una salida espacial podría darse si se necesitara reparar elementos considerados potencialmente peligrosos. "No descartamos nada hasta que los analistas aseguren que no tenemos problemas", dijo Shannon a los reporteros. "Ahora las opciones están sobre la mesa".

Los analistas, que estudiaron cientos de imágenes de la nave, han encontrado dos rellenos aislantes saliéndose entre los azulejos térmicos en la parte inferior del Discovery. La falla en el caso del Columbia fue causada por espuma aislante que se salió de un tanque de combustible externo y perforó su protector térmico durante el despegue, lo que condenó su retorno a la Tierra el 1 de febrero de 2003. El año pasado, un astronauta realizó por primera vez una salida al espacio para eliminar protuberancias similares. Además de probar nuevas técnicas de reparación, la NASA ha mejorado la espuma aislante para reducir el riesgo de fallas durante el despegue.

La agencia espacial de Estados Unidos pretende reiniciar misiones regulares con el fin de terminar la construcción de la Estación Espacial Internacional antes de que su flota sea dada de baja en 2010, y para ello debe demostrar que hay mayor seguridad en sus vuelos. (Télam)