CIPOLLETTI (AC).- De todas las divisiones barriales de la ciudad en su ejido urbano y rural sólo hay 3 tres juntas vecinales normalizadas, funcionando con autoridades electas y mandato en curso. Con mandato cumplido o prorrogado, y poca dirigencia, lo hacen 16, y 6 asentamientos tienen "grupos de trabajo" reconocidos a modo de cuasi juntas por las autoridades municipales.

El resto, unos 25 barrios, en algunos casos cuentan con personas de buena voluntad, o con aceitados contactos políticos, que ofician de voceros para canalizar inquietudes y el resto carece de toda representación.

Claudio Di Tella, secretario de Gobierno, confirmó que se está operando en una nueva ordenanza para las juntas vecinales, que contendrá "innovaciones superadoras". Esto fue corroborado por la presidenta del Concejo Deliberante, Mabel Rigoni, quien avanzó un poco más y dijo que posiblemente en la reforma se involucren los límites o jurisdicciones de las juntas y que el proyecto se presentaría en sesión recién el año próximo.

El dirigente vecinalista Manuel San Martín, histórico referente del barrio Arévalo, elevó hace muy poco un pedido al Concejo para que en la reforma que se está articulando figure la posibilidad de que las juntas que cumplan con todos los requisitos puedan acceder a su personería jurídica, lo que a la vez les permitirá ampliar su línea de gestión. San Martín marcó la importancia de que la ciudad tenga en el menor plazo posible organizadas todas sus juntas vecinales porque un dirigente vecinalista "es el nexo ideal entre el barrio, el intendente y los concejales".

En Cipolletti rige un estatuto de juntas vecinalistas sancionado en la época de la intendencia del radical Jorge Ocampos, pero la mayoría de los consultados coincide en que hay que "aggiornarlo" a los nuevos tiempos.

Un "paneo" entre varios dirigentes, ex dirigentes y vecinos permitió averiguar que ninguno sabía que se estaba avanzando en una nueva ordenanza, y ni siquiera se acercaron a la comuna para averiguar qué pasaba con las vecinales.