Berlín (DyN).- Los precios en la reventa para la final del Mundial de fútbol treparon hasta límites sencillamente irrisorios. En los alrededores del Olympiastadion hubo quienes llegaron a pedir 3000 euros, es decir unos doce mil pesos argentinos, por un ticket. Claro que también se revendieron entradas a precios un poco menores aunque no por ello accesibles para cualquier bolsillo sudamericano: 2500, 2000, 1800 y, alguna que otra, también a 1500 euros. Por las ganas con que pagaban cada ticket a la vista de todo el mundo (aquí esa práctica no está prohibida por la ley), quedó claro que a los europeos no les duelen demasiado esas cifras que para la mayoría de los argentinos representarían muchos meses de sueldo.
Las calles céntricas de Berlín estuvieron atestadas de hinchas italianos y franceses, pero también de muchas otras nacionalidades, desde las primeras horas de la mañana. En las cercanías de la Puerta de Brandemburgo también se vieron camisetas argentinas, brasileñas, inglesas y, claro está, alemanas.
Los vendedores de souvenirs mundialistas también estuvieron de parabienes. Las remeras con los nombres de los dos finalistas, la fecha de hoy y la palabra "Berlín" se vendieron a entre 15 y 25 euros. La demanda del público fue enorme, al punto de que en muchos puestos callejeros llegaron a formarse largas filas. Así, el afán consumista de los europeos se vio saciado una vez más.