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Martes 04 de Julio de 2006
 
Edicion impresa pag. 9 > Regionales
El enviado de Balza reconoce que actuó a pedido del juez Caro

BUENOS AIRES (ABA)- El general retirado (teniente coronel a la fecha del asesinato del soldado Omar Carrasco) Daniel Reimundes, indicó ayer que concurrió a Zapala a prestar "colaboración" con el juez federal, Rubén Caro, tarea para la cual fue "designado" por el entonces jefe del Ejército, Martín Balza.

Reimundes lo dijo en su declaración testimonial ante el jurado de Enjuiciamiento que realiza el juicio político al juez de Zapala.

El ex secretario del Estado Mayor señaló que fue pedida su ayuda dado que dos funcionarios habían realizado antes tareas insuficientes para el magistrado.

Las atribuciones que le fueron otorgadas a Reimundes son, en la concepción de la acusación (en manos de los representantes del Consejo de la Magistratura), un argumento para endilgarle a Caro "claudicación de justicia" y así removerlo del cargo.

Empero Reimundes afirmó ante el jurado -y lo reiteró luego en diálogo con este diario- que su actuación está avalada por el reglamento militar, que le asigna al cargo que ocupaba la categoría de "colaborador de la justicia" equiparable al rango de oficial público.

"Es insostenible que el juez se haya respaldado en la actuación de un funcionario militar (cuando se investiga justamente un homicidio cometido en un cuartel) en lugar de hacerlo, por ejemplo, con personal policial o de Gendarmería", afirmó Beinusz Szmukler, integrante de la fiscalía junto a Federico Storani y Diana Conti.

El enviado por Balza dijo que arribó a Zapala el 16 de mayo de 1994 y estuvo allí 30 ó 40 días no corridos. "Voy y vengo yo le decía a Caro; después la actividad se fue diluyendo", expresó Reimundes, quien defendió su actuación destacando que encontró irregularidades en cuadernos armados con posterioridad a la "desaparición" de Carrasco, y embistió contra la responsabilidad del jefe de batería, Rodolfo Correa Belisle.

El jueves pasado, Correa Belisle dirigió durísimas acusaciones a Reimundes a quien le atribuyó ser el "instructor" de la causa, e incluso lo denunció ante la justicia.

Pero fue el extenso testimonio del comisario mayor Mario Romero, el que tuvo ayer en vilo a la sala de audiencias del Palacio de Tribunales.

El comisario, quien fuera jefe del gabinete criminalístico de la Unidad Zapala, narró el momento de la detención del soldado Juan Castro que atemorizado por lo ocurrido con Carrasco se escapó del cuartel. Romero describió que teniendo en cuenta la importancia para la investigación de las manifestaciones de Castro (quien explicó los castigos a los que fue sometido Carrasco) puso la situación en conocimiento del juez.

Si bien Castro tenía una forma muy especial de hablar, Romero subrayó que su situación era "normal" dejando más que dudas acerca del motivo por el cual, horas después, Caro suspendió la declaración del compañero de Carrasco dejándolo internado en el cuartel durante 45 días.

 
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Diario Río Negro.
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