VIEDMA (AV).- Dos matarifes, que según la justicia se dedicaban al comercio clandestino de carne, y un menor, fueron procesados ayer por el juez Carlos Reussi, quedando así vinculados con el asesinato del puestero Carlos Yurquina, quien murió calcinado. Según fuentes judiciales, el móvil del crimen habría sido el robo de ganado.

El procesamiento y prisión preventiva por el delito de homicidio, en concurso real con abigeato agravado, recayó sobre Henry Nelson Murguiondo y Juan Eliberto Inostroza. En ese mismo trámite fue incluido un joven de 17 años, allegado al dúo.

A Héctor Honorio Núñez y Hugo Domingo Calvo les dictaron la falta de mérito, es decir, que no hay elementos suficientes para procesarlos, pero que siguen vinculados a la investigación. Tras la resolución, Núñez y Calvo recuperaron la libertad.

Los sospechosos habían sido detenidos a mediados del mes pasado en el marco de una serie de operativos policiales ordenados por Reussi, para esclarecer el caso del puestero de 58 años, quien vivía solo en un campo fiscal ubicado a unos 60 kilómetros de Viedma, por la ruta nacional Nº 3, en dirección hacia San Antonio Oeste. El hombre era oriundo de Jujuy y hacía más de 15 años que se dedicaba a criar ovejas en ese lugar.

El hecho se descubrió cuando una familia fue a visitarlo durante el segundo fin de semana de junio siendo interceptados por un grupo de personas antes de que llegaran a la vivienda, mientras se encontraban en plena tarea de faenamiento de ovejas que estaban a punto de parir.

En ese momento, el grupo le comunicó a la familia que Yurquina se encontraba enfermo e internado en el hospital Zatti de esta ciudad. Como el matrimonio no quedó demasiado convencido, se dirigió hacia el nosocomio donde constató que su amigo no había ingresado en ningún momento.

Sin dejar de pensar en la extraña escena del campo y la desaparición del hombre, su amigo no dudo en denunciar la situación en la subcomisaría de la vecina localidad de San Javier, ubicada a mitad de camino entre el campo y esta ciudad.

Allí comenzó la investigación que pronto desencadenó en la detención de cinco personas y el secuestro de un camión-jaula en el que fueron trasladados a Viedma parte de los animales faenados.

Los procedimientos policiales se hicieron sobre una carnicería clandestina ubicada en el barrio Lavalle y un domicilio de la calle Jofré al 1.000. Al parecer, el cuerpo de Yurquina habría sido calcinado en cercanías de su vivienda.