CIPOLLETTI (AC).- Estremece la novedad que se confirmó ayer en torno de la horrible muerte de la joven Margarita Hermosilla (23) ocurrida en un inhóspito páramo arenoso de la Isla Jordán de Cipolletti en la noche del sábado 24 de junio: luego de golpearla, el asesino le produjo un estado de asfixia compulsiva al presionarle la garganta para luego asestarle una cuchillada, de derecha a izquierda, que le traspasó el cuello de lado a lado.

Esta noticia ya se manejaba en determinados círculos pero resultó plenamente confirmada ayer a la tarde por los investigadores, que poco a poco van cerrando el caso con un solo sujeto en la mira.

Todo apunta a una persona

La jueza María del Carmen García García y la fiscal Silvana García ya han armado casi en su totalidad el cuadro de situación cuyo plano principal lo dio el único imputado en la causa, Sergio Orellana (23) -pareja de Margarita desde hacía casi dos años- tras entregarse en la Comisaría Cuarta con un abogado 16 horas después del trágico suceso. Habría dicho que en el contexto de una pelea sentimental, la mujer había quedado "herida" en el arenal de la isla Jordán.

Orellana, después del presunto ataque mortal -la causa estaba calificada como homicidio simple pero podría derivar hacia homicidio calificado con alevosía- se habría producido cortes en las venas, presa del pánico a la vista del crimen o para simular una emoción violenta.

Entre los forenses, en el juzgado y en la fiscalía se mantuvo un fuerte hermetismo para no entorpecer las actuaciones, pero de otras fuentes se supo que el cuerpo de la joven dejó expuesta la presión asfixiante que ejerció el asesino.

Tenía la lengua apretada entre los dientes, las pupilas contraídas, signos en la cavidad orbital, dos litros de sangre en el estómago y caja toráxica, y marcas en los pulmones que denotan asfixia por estrangulamiento.

Empero, para la muerte faltaba el ataque final: el cuchillazo que entró por debajo de la oreja derecha y salió a la misma altura del lado izquierdo.

El matador habría arrastrado el cuerpo de la víctima desde casi la cerca de alambre que marca el camino que lleva a la balsa, hasta el arenoso montículo. De la cintura para arriba sólo le dejó puesto el corpiño y le bajó la bombacha y el jean hasta la rodilla, tal vez para confundir induciendo la presencia de una tercera persona. Luego se confirmó que no hubo ningún tipo de abuso sexual.

Orellana, citado por la jueza, se negó a prestar declaración indagatoria y la próxima semana se definirá su situación procesal.

El cadáver de Margarita fue hallada boca abajo.

Tenía apretadas en una de sus manos unas matas secas, y en la otra registraba lesiones, tal vez en las uñas, como si hubiera rasguñado arena y tierra cuando le apretaban la garganta antes del corte certero.

Es imputable

La pericia psicológica de Orellana se filtró ayer al mediodía. Si bien denotó algunas alteraciones, referenció como "sujeto punible" a Orellana. En otras palabras, calificado para ser procesado y juzgado si la Justicia así lo determina.