LA PAZ (AFP) - La Asamblea Constituyente elegida el domingo enfrentará la difícil tarea de evitar la fractura de Bolivia, un país que tras las elecciones mostró una gran brecha entre cuatro provincias con mayoría blanca que votaron por su autonomía y las restantes cinco -con mayoría indígena- opuestas a ese régimen.

La brecha está dada entre las cuatro regiones donde -en un referendo simultáneo a la elección de la Constituyente- triunfó el 'sí' a la demanda de autonomías regionales: Santa Cruz, la principal promotora de esa iniciativa, Beni, Tarija y Pando, ubicadas en la próspera región oriental del país.

En esas regiones, que forman una media luna geográfica, está concentrado el grueso de la producción forestal, ganadera, agroindustrial y sobre todo las grandes reservas gasíferas del país, en la sureña Tarija.

En el otro lado están La Paz, Oruro, Cochabamba, Chuquisaca y Potosí -que respondieron 'no' a la consulta-, deprimidas económicamente y ubicadas en el macizo andino occidental del país donde la tierra es escasa y la pobreza secular.

Sin embargo, el presidente Evo Morales se mostró optimista y discrepó de la percepción de que el país ha quedado dividido. "No sé si está dividido, más bien hemos ganado en Tarija y Santa Cruz (en la elección constituyente)", dijo a la prensa extranjera.

"Eso demuestra que el pueblo boliviano está unido a este proceso de cambio. Yo siento más bien que el pueblo poco a poco va uniéndose en un proceso de cambio y se consolida la nacionalización de los hidrocarburos (decretada en mayo)", enfatizó.

Un criterio distinto tuvo el vicepresidente Alvaro García Linera que admitió que el país está dividido. "No es que el país se ha dividido; el país ya traía divisiones y conflictos, lo que hace la elección del domingo es visibilizar democrática y pacíficamente estas divisiones", observó.

Tras los comicios en que también se eligieron a los 255 miembros de la Asamblea Constituyente, los resultados extraoficiales "dibujan un complejo escenario que se presta a interpretaciones opuestas e incluso contradictorias", opinó en Santa Cruz el analista Carlos Cordero.

Según proyecciones privadas basadas en conteo rápido de votos, a falta de datos oficiales, Morales logró 135 de las 255 bancas constituyentes, es decir 53% del total.

Por lo pronto la Constituyente aparece "diversa territorialmente, plural sociológicamente y fragmentada políticamente", estimó al indicar además que Santa Cruz se ha convertido "en un bolsón de disidencia que le hará contrapeso" al presidente izquierdista Evo Morales.

El analista advirtió que estimular a algunas regiones donde triunfó la autonomía a pensar que desde hoy serán autónomos "sería un error y una exageración que puede llevar al país a una confrontación". "Lo único que ha quedado claro es la expresión ciudadana a favor de un 'sí' o de un 'no', lo que es un mandato para reescribir la Constitución", añadió Cordero.

En medio de ese panorama y terminada la contienda electoral que estuvo plagada de insultos la idea del consenso comienza a ganar terreno. La politóloga Teresa Zegada observó que el gobierno de Morales al no tener mayoría absoluta se ve obligado a generar un conjunto de acuerdos y concertaciones con los partidos de la oposición en la Asamblea Constituyente.