Si Felipe Calderón es confirmado como presidente de México tendrá que agradecérselo al norte mexicano que le dio los suficientes votos para superar la ventaja que su contrincante Andrés Manuel López Obrador tenía en el centro y el sureste.

Esos votos eran un botín formado por electores que rechazaron al candidato del partido de sus abuelos, el Revolucionario Institucional (PRI), pero como buenos norteños desconfiaban de un candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), con acento sureño y cuyo lenguaje sonaba muy de izquierda.

Para López Obrador del PRD su fortaleza invencible era la ciudad de México a la que gobernó y que tiene una cantera de más de 5 millones de votantes que en el pasado habían dado a su partido el control absoluto de la capital del país votando más de dos a uno en su favor.

Con más de 95% de los votos capitalinos contados, López Obrador aventajaba a Calderón en la ciudad de México por 1,4 millones de votos y a Roberto Madrazo del PRI por mas de dos millones. También mantenía una clara ventaja en los estados del sur y sureste donde existe una gran cantidad de población indígena.

Pero la ola azul del PAN barrió en las regiones del noroeste y del centro-noreste, 16 estados en total, en los que los votantes abandonaron al PRI para darle a Calderón una ventaja de 3,7 millones de votos. El PRI sufrió su mas humillante derrota en su historia en gran parte por el rechazo de los mismo priístas a Madrazo como candidato.

Calderón tiene una ventaja de cerca de 380.000 votos, el margen de posible victoria más reducido en elecciones presidenciales en México.

Calderón y su partido también sorprendieron al tomar la delantera tanto en la cámara de diputados como en el senado.

Si Calderón es confirmado su primer trabajo será buscar una alianza con algunos elementos del PRI que le puedan ayudar en el congreso si quiere que sus programas de gobierno sean aprobados. (AP)

ELOY O. AGUILAR