El dólar alcanzó ayer los 3,11 pesos para la venta, un nivel que no alcanzaba desde principios del 2003, y apareció más demandado por parte de los operadores privados.
La última vez que había cerrado firme en ese precio había sido el 17 de marzo del 2003.
En los bancos y casas de cambio los valores de compra se mantuvieron en un promedio de 3,07 pesos, y se pidió entre 3,10 y 3,11 para la venta.
El 25 de junio pasado se cumplieron cuatro años desde que la divisa estadounidense tocó los 4 pesos.
Ayer, el mercado apareció algo más tomador y el volumen de negocios fue apenas superior al de todos los días.
Entre los factores que alimentaron la demanda se mencionó la presencia de inversores que en los últimos días desarmaron posiciones tanto en bonos como en acciones.
Justamente, la baja generalizada de los bonos de la deuda disparó compras de dólares. Los títulos caen por la incertidumbre en los mercados sobre el rumbo que tomarán las tasas de interés en los Estados Unidos.
En el segmento mayorista, cambiario, la autoridad monetaria intentó contener el recorrido alcista cuando al comienzo de la jornada realizó ventas para equilibrar las coberturas provenientes del sector privado.
En el mercado es un hecho que el "dólar está más entonado" por la magra performance de los títulos públicos.
En los que va de junio, el Banco Central suma compras por 1.050 millones de dólares. El saldo promedio de las últimas veinte jornadas cambiarias fue de 50,9 millones de dólares.
En otro orden, el mercado de capitales local espera que la Reserva Federal (Banco Central) de los Estados Unidos anuncie hoy un aumento de 0,25 por ciento en la tasa de referencia de corto plazo, que de ese modo llegaría a 5,25 por ciento anual, coincidieron ayer especialistas.
El anuncio se conocerá en Washington en horas de la tarde, al cabo de una reunión de dos días de las autoridades monetarias estadounidenses, para analizar la salud de su economía, de la que resulta crucial su percepción sobre el riesgo de inflación.
"El mercado ya descontó un movimiento alcista de un cuarto de punto en las operaciones de futuro, y está descontando, con 40 a 50% de probabilidad, otro cuarto de punto en la reunión del 8 de agosto", dijo Miguel Bein. El especialista explicó que las expectativas del mercado se concentran en la información conceptual que acompañe el anuncio, en particular si se sigue enfatizando en los riesgos de aceleración inflacionaria.
"Si no lo hace, se podría interpretar que el movimiento alcista de las tasas está llegando a su fin, lo que implicaría una recuperación de los mercados emergentes". (Télam y DyN)