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Jueves 29 de Junio de 2006
 
Edicion impresa pag. 35 > Policiales y Judiciales
Juzgan a integrantes de una patota por un homicidio en Jacobacci

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- En la primera jornada de debate de la causa que se instruyó luego del brutal ataque ocurrido el año pasado en Jacobacci, donde una patota atacó a un hombre hasta matarlo y dejó a varios jóvenes heridos, declararon sólo tres de los seis imputados, y tres testigos que habrían sido víctimas de la violenta agresión.

La presencia de tres menores entre los imputados impidió que el periodismo pudiera presenciar el juicio, pero se pudo saber que los adolescentes acusados prefirieron no declarar en la audiencia, y que los mayores lo hicieron para presentar sus descargos, negando su presencia en el lugar de los hechos y asegurando que a esa hora estaban en otro sitio.

Esas versiones, sin embargo, fueron desmentidas más tarde por los tres primeros testigos, víctimas también de la agresión de la patota.

Los hechos investigados ocurrieron a las 6.30 del 27 de febrero de 2005, cuando un grupo integrado por Daniel Mamani, Leandro Anaya, Angel Anaya, Néstor Anaya, Pablo Cayicol y Ricardo Curapil transitaban por la calle Almafuerte, de la localidad mencionada, y al llegar al sector conocido como "estación bimodal" fueron interceptados y agredidos por un grupo de diez personas, entre las que -según la acusación- se encontraban los imputados Mauro Zabala Colinamón, Diego Yancamil, Emerson Paredes, y tres menores de edad, de 16 y 17 años al momento del hecho.

En ese lugar, según el fiscal, uno de los menores de 17 años le pidió un cigarrillo a Cayicol, y ante su negativa lo insultó y provocó sin lograr que reaccionara. Cuando Mamani intervino y pidió explicaciones por los insultos, Zabala Colinamón, de 22 años, dejó semiinconsciente a Mamani al aplicarle un golpe en el rostro, y luego lo arrastró para que todos sus cómplices lo golpearan con puntapiés y otros elementos.

Como consecuencia de los golpes recibidos Mamani sufrió lesiones en la columna cervical que le comprimieron el bulbo raquídeo y le ocasionaron una fractura en la base del cráneo, "ambas lesiones mortales" para el forense que examinó a la víctima. Otros jóvenes también sufrieron lesiones, algunas importantes, pero Mamani, un vendedor de churros de 42 años que acompañaba al grupo en forma circunstancial, estaba con signos vitales cuando llegaron para asistirlo, pero llegó sin vida al hospital.

La viuda de Mamani, Delia Lucero, recordó que los homicidas le había echado tierra y pasto en la boca después de golpearlo, y aunque reconoce al "chino Antilaf" como jefe de la banda homicida, cree que el día de la tragedia era el imputado Yancamil quien la comandaba.

 
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Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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