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Jueves 29 de Junio de 2006
 
Edicion impresa pag. 35 > Policiales y Judiciales
Hoy es la última audiencia con testigos y alegatos
La fiscalía y la querella pedirán prisión para los dos acusados, mientras que la defensa solicitará la absolución
Ricardo
Ricardo "Cataco" Vega (izquierda) está acusado de ser quien llevó a cabo el homicidio de la docente Susana Ruminot.
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NEUQUEN (AN)- Hoy será el último día del juicio oral por el asesinato de la docente Susana Ruminot. Está prevista una jornada maratónica: a la mañana declararán seis testigos, y a la tarde se escucharán los alegatos en los que no habrá sorpresas: la fiscalía y la querella acusarán a Marisol González y Ricardo Johnatan "Cataco" Vega Delgado por el crimen, y los defensores reclamarán que los absuelvan. La Cámara Primera dará a conocer el veredicto una semana después.

Entre los testigos citados para hoy se destaca Juan Domingo Tapia, a quien "Cataco" le habría confesado su participación en el crimen durante un asado. Tapia vive en Buenos Aires, ya fue ubicado y lo traerán para que declare.

Por otra parte la querella ofreció el testimonio del comisario inspector Osvaldo Almendra, quien participó de la investigación. El Tribunal decidirá hoy si lo convoca.

En cuanto a los que declararon ayer, el más importante fue Domingo Seguel, un chacarero de 60 años de hablar pintoresco que ha dado muestras de su honestidad. Por ejemplo, cuando alguno de sus 9 hijos se involucró en un robo él mismo llamó a la policía para denunciarlo.

Tras el crimen de Susana Ruminot, en junio de 2002, Seguel sospechó que alguno de sus hijos

podría estar involucrado. ¿Por qué? Porque una semana antes, Marisol González fue dos veces fue a su casa a buscar a sus hijos para "hacer un trabajo".

Desconfiado, Seguel le dijo: "contratame a mí, te lo hago yo", pero ella le respondió: "usted no sirve para eso". Qué tipo de trabajo era, Marisol no se lo reveló al testigo.

Luego relató otro hecho, más curioso. Recordó que en la época del crimen trabajaba como sereno en una cabina telefónica. Un día, en la semana previa al asesinato, Marisol González fue a realizar una llamada. Por un inconveniente técnico que le costó explicar, Seguel pudo escuchar su conversación.

"Hablaba con este muchacho Vega Delgado, pero lo llamaba por el apodo. No me acuerdo ahora cómo es... empieza con K de casa", dijo Seguel en alusión al "Cataco".

Añadió que "no escuché cosas raras, de matar a alguien, eso no. Escuché que hablaban de un 'filo'. Después un policía me dijo que 'filo' es plata".

Días después de ese episodio, los hijos de Seguel y Vega Delgado estuvieron involucrados en un robo. Y luego ocurrió el crimen de Ruminot.

Para unir todos los cabos sueltos que dejó la declaración de Tapia hay que tener en cuenta que la hipótesis de la acusación es que el "trabajo" que Marisol González quería encargar era el asesinato de la docente, y que habría contratado a "Cataco" a cambio de dinero.

La testigo Mariela Contreras, que declaró después, fue una de las que escuchó hablar a la hija de Susana Ruminot acerca de los "duendes" que había entrado a su casa y matado a su mamá. Dio a entender que los autores del homicidio habrían sido dos, porque la nena hablaba de "un duende" y "un viejo".

Como se ha informado, la niña de dos años y ocho meses presenció el hecho.

La última testigo de ayer fue Mirta Puel, quien estudiaba magisterio con la acusada. Para la anécdota quedó una de sus respuestas: "¿Usted sabía que Marisol estaba en estado de gravidez?", le preguntaron. "No, no, yo lo que sabía es que estaba embarazada", contestó.

 
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Diario Río Negro.
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