SAN LUIS (Télam).- Uno de los sospechosos del secuestro de un empresario puntano cometido el 11 de junio último en esta capital provincial, fue detenido ayer en el estudio de su abogado defensor, informaron fuentes policiales.

El detenido fue identificado como Juan Carlos Avila, de 36 años, y con su arresto ya suman dos los detenidos en el marco de la causa por el secuestro del empresario Alejandro Fusco, ya que días atrás fue capturado un militar en actividad.

Los efectivos apresaron al acusado a las 9.15 en el estudio del letrado Rodolfo Luis Mercau, situado en Belgrano 860, de esta ciudad, donde se produjo un forcejeo con el sospechoso, sus familiares y hasta el abogado.

Avila había concurrido momentos antes de su detención al estudio jurídico con intenciones de reunirse con su defensor y entregarse ante la Fiscalía Federal en la que se instruye la causa por el secuestro.

El ahora detenido fue reconocido por el empresario Fusco, de 34 años, como una de las personas que participaron de su secuestro extorsivo, ya que identificó su voz durante el cautiverio, dijeron las fuentes. La víctima, propietaria de un complejo deportivo, conocía al acusado porque durante algún tiempo se desempeño como empleado en ese establecimiento. Avila negó estar involucrado en el secuestro de Fusco y manifestó que cuando se produjo "yo estaba trabajando en Córdoba y cuando regresé me enteré por los diarios y por la televisión que mencionaron mi nombre como el de uno de los secuestradores".

Por su parte, el abogado Mercau expresó que Avila le aseguró no haber tenido vinculación con el hecho, al tiempo que presentó ante la fiscalía federal una queja por la irrupción policial en su estudio para apresar a su cliente. Según el defensor, su asistido será indagado por la fiscal federal Mónica Spagnuolo y no descartó que tras esa diligencia quede en libertad.

El empresario Fusco fue secuestrado alrededor de las 21 del pasado 11 del corriente en la puerta del complejo deportivo "Los Cerros", que posee en la ciudad de San Luis.

Maniatado, amordazado y encapuchado, Fusco fue paseado toda la noche en una Renault Trafic, hasta que cerca de las 8 del día siguiente pudo zafar de sus ataduras y se arrojó del rodado. Con esa maniobra evitó que su familia llegara a pagar los 500.000 pesos que los captores exigieron como rescate.

Tras el secuestro, la Policía detuvo como sospechoso a Pedro Lorenzo Nievas, un militar en actividad de 45 años.