BUENOS AIRES.- Con risas y emociones desde el principio hasta el final, la fantasía lírica en tres actos basada en la comedia homónima de William Shakespeare, "A Midsummer Night's Dream" (Sueño de una noche de verano), de Benjamin Britten (1913-1976), llegó el martes, a la escena del Teatro Colón para acreditarse como uno de los mejores títulos de la temporada musical porteña.

Fue a cargo de prestigiosas voces solistas nacionales e internacionales, Coro de Niños y Orquesta estable del máximo coliseo, bajo la conducción del maestro norteamericano, Arthur Fagen: todos ovacionados.

Deleite, emociones encadenadas, admiración y refinado humor con perfil irónico, procuró este hermosísimo y fuertemente comunicativo espectáculo ofrecido en coproducción de la gran sala de la calle Libertad y la famosa Opera de Nice (Francia).

Con su propio libreto en colaboración con Peter Pears, Britten escribió el pentagrama de su "A Midsummer..." en 1960, basado en la comedia homónima de William Shakespeare (1564-1616).

Oriundo de la antillana Martinica y especializado en interpretación barroca en la Abadía de Royaumont en el 2000 y en obras del siglo XX, el contratenor francés Fabrice di Falco, a cargo del "Oberón" shakespeareano exhibió nobleza de timbre, afinación impresionante en difíciles pasajes, fuerza emotiva, musicalidad de alta escuela para su exótica cuerda. A su lado, la soprano norteamericana Pamela Coburn -surgida de la Eastman School y de la Julliard de Nueva York- llegó con gracia y encanto deslumbrante en el rol de "Tytania", para mostrar contundentemente y para que no queden dudas, que es una "señora" de la escena lírica, precisa en su emisión, con dotes vocálicas que le permiten transitar por los más diversos géneros.

El versátil actor británico Gary Tushaw, tuvo a su cargo el rol de "Puck", con esa gracia legendaria y única de los grandes divos ingleses fue figura clave para el éxito de esta soberbia puesta. (Télam)