ROCA (AR).- La atención en farmacias vuelve a pender de un hilo para los miles de afiliados al Ipross en Río Negro.

De hecho, algunos prestadores comenzaron a rechazar las recetas correspondientes a los planes de mayor cobertura, porque se trata de los casos en los que deben financiar por completo el costo de los medicamentos.

Con este escenario, el colegio que nuclea a un centenar de profesionales en la provincia evaluaba ayer avanzar hacia un corte total de servicios si la obra social no cancela cuanto antes las deudas que acumula al menos desde hace dos meses.

Durante la tarde, desde Viedma se informó que el Ipross había liberado fondos para achicar su pasivo, pero fuentes del sector farmacéutico indicaron a este diario que las restricciones no se modificarían hasta que existan garantías del cobro total de las prestaciones efectuadas. Además no existían precisiones sobre el porcentaje de deuda pagada.

El monto exigido tiene dos orígenes diferenciados, producto del esquema de servicios por cápita y extracápita acordado meses atrás entre las autoridades del Colegio de Farmacéuticos y el presidente del Ipross, José Luis Collinao.

Este convenio estableció que la obra social debe pagar mensualmente 590.000 pesos, para sumar luego el costo de las atenciones realizadas a afiliados que compran medicamentos en ciudades distintas a su lugar de residencia.

Según trascendió, el último pago de la cápita fue realizado en marzo, por lo tanto se acumuló a la fecha un pasivo de 1,18 millón de pesos, que se engrosará en los próximos días cuando venza el período correspondiente a junio.

En tanto, las transferencias para cancelar las obligaciones surgidas de servicios extra cápita no registraban novedades desde febrero pasado. Se trata en este caso de unos 150.000 pesos promedio mensuales.

De esta manera, los problemas para los afiliados volvieron a presentarse poco después del duro conflicto que protagonizaron las partes en marzo pasado. En esa época unos 80.000 afiliados tuvieron que afrontar con dinero de sus bolsillos el costo de los remedios recetados, porque los prestadores interrumpieron totalmente sus servicios en función de una abultada deuda exigida a la obra social.

La negociación alcanzó su punto de máxima tensión cuando el propio gobernador, Miguel Saiz, advirtió a los farmacéuticos que podría terminarse para ellos "la gallina de los huevos de oro", aludiendo a una posible rescisión del convenio.