NEUQUEN (AN).- En los últimos cuatro años, más de 4.200 subsidiados neuquinos del Plan Nacional Jefas y Jefes de Hogar pudieron reinsertarse en el campo laboral.

La cifra fue oficializada ayer por la Gerencia de Empleo a cargo de Luis Sagaseta, quien dio a conocer que desde 2001 el gobierno nacional desembolsó más de 130 millones de pesos para atenuar en la provincia los efectos del desempleo. Ese dinero se destinó a la atención de 21.663 personas.

Desde entonces, el número de beneficiarios decreció de forma paulatina, hasta registrar ahora un piso histórico.

Luego de las 8.076 bajas instrumentadas en este período, hay 13.587 personas que reciben el subsidio de 150 pesos en Neuquén. La baja es del 37% en el padrón desde 2.002.

Sagaseta afirmó que la disminución de la cantidad de beneficiarios se vincula "a la mejora de los indicadores económicos" y "la consiguiente creación de empleo" y "al margen del contexto provincial, el crecimiento se dio en todo el país", agregó.

En rigor, en la provincia, la caída del número de planes es mayor si se contempla la cifra inicial de cobertura: unos 27.000 subsidios. Sólo después de una primera "depuración, se alcanzó los 21.663" que podían ser entregados reglamentariamente entonces, dijo Sagaseta.

La gerencia de Empleo detectó que de las 8.076 bajas materializadas, 4.256 ocurrieron porque los beneficiarios pasaron al mercado laboral.

Los otros 3.820 se "cayeron" del padrón por cuestiones reglamentarias: sus hijos cumplieron la mayoría de edad, o no eran único sostén de su familia, entre otros motivos.

Tan sólo en el último trimestre 440 personas dejaron de recibir el Jefas y Jefes. "Comenzamos a constatar el salto al campo laboral de las personas que además reciben capacitación del ministerio de Trabajo" de la Nación.

En paralelo, otras 300 personas, en el contexto de proyectos productivos financiados con hasta 15.000 pesos, pasaron asimismo al sector del trabajo.

En la región, hay dos sectores que acapararon un alto porcentaje de subsidiados. Uno es el de la construcción, de la mano del auge de los edificios en la capital provincial y las obras de infraes

tructura de municipios y la provincia. El otro es el sector productivo, con menor incidencia.

La gerencia de Empleo mantiene convenios con la UOCRA para la incorporación de beneficiaros, que tras capacitarse a través de Nación, son contratados por constructoras.

Hay otros planes de capacitación e inserción que ya comienzan a operar mediante "acuerdos territoriales, en conjunto con los municipios y el sector privado".

"Apuntamos a que las comunas sean intermediarios entre los subsidiados y el sector privado", expresó Sagaseta en diálogo con "Río Negro".

También, en el contexto del Plan Integral para la Promoción de Empleo, funcionan proyectos sectoriales de calificación. Se trata de capacitación a beneficiarios, tomando como eje un determinado desarrollo económico. Luego son insertados en empresas. "Es otra de las estrategias que han dado resultado en la inserción en el sector del Trabajo".

Según afirmó, el Planes de Incentivo Laboral, mediante los cuales se baja el 50% de aportes patronales a empresas que contratan subsidiados, fue otro de los factores que contribuyó al apuntalamiento del proceso de caída de los planes.