BUENOS AIRES (Télam).- Un colectivero sufrió ayer la amputación de cuatro dedos de una de sus manos al ser atacado por tres delincuentes que subieron a robar al transporte que conducía en el barrio porteño de Villa Real, informaron fuentes policiales.

El episodio que recién se conoció ayer, ocurrió el domingo pasado cerca de las 21.30 en la colectora de la avenida General Paz y Nazarre, y se produjo momentos después de que el colectivero pasara por un puesto policial que controla el acceso vehicular a la Capital Federal.

La víctima del ataque es Mario West, de 40 años, casado y padre de una hija, quien permanecía internado en la clínica Anta, de la localidad bonaerense de Ciudadela, donde ayer a la tarde fue llevado a una sala común tras permanecer más de 24 horas en terapia intensiva.

Manuel Cruz, cuñado de West, dijo que el chofer del colectivo hasta anoche no sabía que le amputaron cuatro dedos de una de sus manos y que necesitará la ayuda de psicólogos para sobrellevar lo que le pasó.

Según las fuentes policiales, West conducía el interno 65 de la línea 85 por la colectora de la General Paz, cuando tres muchachos le hicieron señas para abordar el colectivo. Los jóvenes subieron al transporte momentos después del cruce con la avenida Francisco Beiró, donde hay un puesto policial que controla los accesos a la Capital Federal, y metros antes del cruce con la calle Nazarre, donde existe otro control policial.

Según relató ayer el jefe de personal de la cabecera de la empresa de colectivos, Raúl Vicente, el chofer le contó que "momentos después de subir y tras pasar el puesto de la policía lo obligaron a detener la marcha". En el momento en que ocurrió el hecho, el colectivo estaba vacío y los delincuentes le exigieron al chofer el dinero que llevaba y objetos de valor.

"Tenía apenas 30 pesos y un teléfono celular. Mi cuñado se los dio, pero por alguna razón le pegaron en la cabeza y lo tiraron al piso", dijo Cruz en declaraciones realizadas en la puerta de la clínica Anta.

El cuñado del chofer explicó que en cierto momento "sintió un pinchazo en la mano y desde entonces no se acuerda más nada".

Según el jefe de personal de la línea de transporte, los delincuentes, en base a los dichos de la víctima, "estaban drogados, tenían olor a marihuana" y lo cortaron "con algo contundente, ya que tenía los huesos todos machacados".